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Análisis e Interpretación

LA VIOLENCIA PRE-BÉLICA (ii)

LA VIOLENCIA PRE-BÉLICA (ii)

El Terrorismo como forma de violencia prebélica: 

Definición Politológica de Terrorismo: “Se trata de una estrategia de relación política basada en el uso de la violencia y la amenaza del uso de la misma por parte de un grupo organizado con el objeto de inducir un sentimiento de terror e inseguridad extrema en una colectividad humana no beligerante para facilitar así el logro de sus demandas”. 

El terrorismo es. Por tanto una estrategia política que busca romper la forma de convivencia ordenada de una sociedad con una combinación de actos de violencia y actos de propaganda. La organización terrorista cubre su déficit de capacidad de uso de la violencia (falta de apoyo de las masas) con propaganda (dominio emocional). Así, el terrorista (con pocos medios para ejercer la violencia) puede influir en la conducta de la sociedad. Rompe la confianza de la sociedad en sí misma, por lo que la debilita de cara a solucionar el problema a largo plazo.

 

Por ello, la debilidad de las instituciones democráticas, sumada a la debilidad de la sociedad proporcionan mayor poder a una organización terrorista.

 

Clawsevic, uno de los autores más citados y menos leídos cuando se trata de hablar de conflictos armados, tiene dos frases fundamentales sobre los mismos:

-         La guerra es política llevada a cabo por otros medios (frase popularizada por Lenin)

-         La guerra es un enfrentamiento de voluntades políticas (el equivalente en las relaciones internacionales a la autoestima: A la larga la voluntad es la que decide quién gana el conflicto) 

 

Respecto al enfrentamiento comunicativo, se pueden localizar una serie de errores en la lucha antiterrorista durante los últimos 20 años: Cuando el enemigo, en uno de estos enfrentamientos, te hace propaganda a favor, sólo hay que estimularle para que siga. En tal caso, los editoriales del diario El País de los años 80 le quitarían toda credibilidad  al diario. Acciones como la del Presidente de los EEUU, George Bush, de movilizar a 250.000 efectivos humanos para combatir a los 5.000 integrantes que, se estima, puede tener Al Qaeda no son otra cosa que una magnificación de las capacidades de dicha organización terrorista, y su frase “El terrorismo es la guerra del futuro” tiene un efecto más parecido al de un eslogan publicitario.

 

La capacidad para ejercer la violencia que tiene un grupo terrorista, a menos que se dote de armas de destrucción masiva, es mínima: La cantidad de gente que murió el 11 de Septiembre de 2001 en Washington, Nueva York y Pittsburg es una mínima porción de la cantidad que murió en Sebrenika (Bosnia).

 

Por otra parte la definición dada permite la posibilidad de calificar los asesinatos selectivos que llevan a cabo las fuerzas armadas y de seguridad israelíes como terrorismo de estado. No es lo mismo esto que el genocidio o los crímenes contra la humanidad, en lo que se utilizan medios más masivos aún.

 

Respecto a los regímenes políticos, la violencia represiva de las dictaduras suele confundirse con el fenómeno terrorista. No es así: El terrorismo de estado no es lo mismo que las torturas sistemáticas y las deportaciones masivas: El holocausto no es terrorismo de estado, es un crimen contra la humanidad. No se trata de aterrorizar a una mayoría destruyendo a una minoría, sino de destruir a la propia mayoría, algo que una organización terrorista no puede hacer por falta de capacidad, y para lo que un estado debería utilizar más medios que los destinados al terrorismo de estado.

 

La idea de crear los GAL está en la contra-extorsión de un miembro de la patronal vasca que pagó a la mafia de Marsella para que le protegiesen de ETA. El número de actos terroristas internacionales entre 1968 y 2000 indica que el terrorismo internacional es un fenómeno poco frecuente, y sigue un esquema similar al del resto de fenómenos sociales: Un patrón cíclico temporal, tanto a largo plazo como a corto. Hay fases de auge y caída, pero no hay explicación de por qué se suceden a lo largo de los años.

  

En el eje de Y situamos el número de ataques terroristas y en el de X los años 

 

Una explicación podría ser la estrategia de Acción-Reacción  en la relación de los grupos terroristas con los estados: A una estrategia terrorista le sucede una estrategia antiterrorista, que es sucedida por otra nueva estrategia terrorista que, a su vez, es sucedida por otra nueva estrategia antiterrorista... En estos casos hay que ahondar en las causas del problema para solucionarlo, como en la violencia de género o en la pobreza.

 El tipo de actuación busca, mayoritariamente, crear una gran destrucción humana y material con el menor riesgo posible para la organización. Se elude el enfrentamiento directo (al contrario que las guerrillas) para minimizar los riesgos y se atacan objetivos que supongan una escasa respuesta inmediata. Esto trae umbrales de victimización muy bajos respecto al resto de fenómenos sociales caracterizados por dicha victimización (guerras, accidentes de tráfico...). En un año atípico, como 2001, hubo 5431 muertos por ataques terroristas. El número de muertos es tan limitado que convierte a las víctimas también en elites. En otras palabras: ETA, en cuarenta años, ha matado aproximadamente a 1000 personas (menos de los muertos que pueden causar los accidentes de tráfico en seis meses), pero el tráfico no nos aterroriza. La clave para saber por qué nos aterroriza el terrorismo es saber a quién afecta esa violencia y cómo se defiende de ella.

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