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Análisis e Interpretación

MITOS DEL TERRORISMO

MITOS DEL TERRORISMO Mitos del Terrorismo  Porcentaje de actos terroristas por regiones  

Otro tópico es que hay regiones prototípicas afectadas por el terrorismo. Se achaca esto a Oriente Próximo, cuando es la región menos afectada –a excepción del África Subsahariana- frente a otras como Asia, Europa Occidental o América Latina.

Oriente Próximo, en términos históricos, está más afectada por conflictos armados más graves (como la guerrilla o la guerra convencional) y han surgido grupos terroristas vinculados al conflicto árabe-israelí o al iraquí. El fenómeno ha vuelto a Europa y EEUU debido a la irrupción de grupos yihadistas.

   

Número total de víctimas 

Otro mito. Exceptuando el 11-S, es el número de víctimas de EEUU. Hay países europeos con mayor número de atentados en su territorio que los Estados Unidos. Sencillamente el discurso de Bush sobre la Guerra Antiterrorista es falso. Hubo más atentados y víctimas de EEUU y sus intereses en los años 70 y 80, pero atentaron también en muchos países europeos (Lockerville, Grecia, España...)

Lo que diferencia al periodo de los 70 y 80 (durante la bipolaridad) del actual es el número de víctimas del 11-S. Antes fue mayor objeto de ataque. Sin embargo aun no disponemos de bases de datos exhaustivas y sistematizadas sobre atentados y víctimas del terrorismo.

El salto cualitativo 

Según el Departamento de Estado de EEUU y la ONU, hay nuevas tácticas y nuevas formas de terrorismo. La experiencia del Líbano (241 víctimas) enseñó a obstaculizar el estacionamiento de vehículos cerca de edificios oficiales. Fue el atentado más grave hasta el  Lockerville, que demostró que los aviones comerciales también podrían ser objeto de ataque., no sólo de secuestro.

Ni el secuestro ni la destrucción, ni el uso como proyectil de un avión comercial son novedosos (ya hubo un intento de estrellar uno contra la Torre Eiffel y fue abortado)

 

La  historia se repite, pero nunca del mismo modo porque no la repite la misma generación. Al Qaeda no ha inventado nada: Ni el terrorismo en red, ni el uso de aviones... quizá el uso de teléfonos móviles) Hay pocas cosas en el terrorismo actual que no hayan ocurrido antes. No fueron innovadores ni en sus objetivos.

 

La mayor parte de los éxitos de los grupos terroristas no es mérito suyo, sino demérito de las fuerzas y cuerpos de seguridad y de los servicios de inteligencia (negligencia responsable) y también está causada, a veces, por la connivencia y apoyo de servicios de inteligencia (connivencia delictiva)

 

Raíces culturales del terrorismo:

 

Los diferentes elementos espirituales, comunicativos y materiales que configuran y sustentan la convivencia, las formas de vida y la identidad colectiva de una sociedad a lo largo de su devenir histórico (la cultura) no tienen nada que ver con el fenómeno del terrorismo (consultar el artículo de Calduch sobre cultura y civilización en http://www.ucm.es/info/sdrelint.html)

 “Civilización (según Fernand Braudel) sería más bien, y sobretodo, el bien común que se reparten desigualmente ciertas culturas. Lo que el hombre ya no olvida (la rueda, el fuego, la matemática...)”.  

Civilización es una realidad de intercambio entre las distintas culturas. Huntington termina identificando civilización con religión. Su discurso está equivocado, dado que civilización es un orden de convivencia proyectado durante generaciones, que incluye:

-         Religión

-         Producción y consumo

-         Orden jurídico y político

-         Educación

-         Lengua

-         ...

 

Ignorar que tenemos más de una dimensión nos lleva demasiado lejos. El Choque de Civilizaciones tiene escasa validez científica, pero muchísimo valor propagandístico, dado que toca el lado emocional del público.

 

  

La ideología o moviliza por la razón o por el corazón. Por ello los debates basados en ideologías son vacíos (pasan de la razón al corazón). La ciencia nunca puede llegar al ámbito del “Más Allá” del universo conocido, dado que el conocimiento humano es un subproducto de este universo.

 

Los valores, como la lealtad, la honestidad, la libertad o la igualdad... casi todo lo que termina en “AD”. Creencias racistas, el genoma humano ha demostrado la igualdad de razas y la Selección Natural de Darwin (la Evolución de las Especies).

 

Los Principios son criterios básicos –elementos rectores si se prefiere- para guiar la conducta humana, tanto individual como colectiva. De tal modo, un valor previo (como la lealtad) nos lleva a un principio general (como el compromiso) y a un principio jurídico (la voluntariedad de los contratos).

 

En el proceso de generación de conocimientos, la ciencia básica nos lleva a la ciencia aplicada, que nos conduce a la tecnología (algo que el mercado valora a la inversa).

 

Huntington da importancia a la religión, pero omite todos los demás elementos que conforman una civilización, como la ciencia, uno de los elementos más universales. Huntington polariza en la religión un concepto mucho más amplio (toda la dimensión racional del ser humano) y gran parte de la dimensión emocional. A la hora de hablar de cultura hay que ver si los elementos de este esquema son de generación propia, o adquiridos por contacto con otra civilización.

 

En un conflicto cultural se pueden dar dos reacciones:

 

-         Resistencia (abierta o encubierta)

-         Rechazo (violento o no violento)

 

La resistencia es el mantenimiento de elementos de la parte emocional de la propia civilización, peor no oposición a elementos de la parte racional. Permite la modernización, pero provoca una dualidad estructural que dificulta el desarrollo. Genera subculturas dentro de la cultura que ejerce resistencia.

El desarrollo exige modernización, pero algo más, una causa de la violencia (no del terrorismo[1]) es la no coincidencia de las fronteras estatales con las fronteras culturales. O los estados son multiculturales o las culturas son multiestatales.

 

Las culturas, como las personas, son desiguales, algunas más avanzadas en algunos elementos que otras. Más que desarrollo hablamos de desigualdad en los elementos.

 

El rechazo es la oposición activa mediante valores, principios, normas sociales de conducta, instituciones y lenguas propias, de elementos racionales y emocionales ajenos a la propia civilización. El rechazo impide la modernización y el desarrollo, y provoca unidad estructural.

El rechazo es generado por grupos minoritarios de una cultura que pertenecen a otra o que hacen una interpretación de la misma (creando una subcultura). De aquí podemos sacar dos formas de terrorismo cultural: Religioso y Nacionalista, lo que no significa que la religión o el nacionalismo generen necesariamente actividades terroristas.

 

Las naciones son grupos abiertos cuyo vertebramiento es compartir la misma cultura. No debe confundirse nación con etnia, las etnias son grupos cerrados a los que se accede de modo involuntario (por consanguinidad), mientras que el acto de pertenecer a una nación es voluntario. La cultura de un grupo étnico puede ser rechazable, pero no así la pertenencia al mismo, al ir ligado a vínculos de sangre. También, la pertenencia a una estatalidad (como el ser español) no tiene que ver con pertenecer a la cultura nacional (dado que, por ejemplo, un congoleño puede nacionalizarse español)

 

Cuando un grupo nacionalista quiere imponer sus criterios al resto de la sociedad tenemos el germen de un grupo terrorista. Sin embargo, la sociedad sólo utiliza la violencia de forma masiva cuando la existencia de la nación está en peligro, y no de un modo limitado y por parte de grupos minoritarios. La violencia terrorista nacionalista, si demuestra una cosa, es que el resto de la sociedad (la mayoría) no comparte los criterios de ese grupo. La manifestación de la violencia masiva de raíz cultural es el genocidio, las deportaciones masivas y las guerras. Se trata de sociedades cerradas que quieren eliminar la base social de otras culturas.

El problema, y a la vez la solución, son las fronteras: Establecer una frontera geopolítica en el caso de que las culturas tuviesen que coexistir dentro de un mismo estado.

 

Por ejemplo el Problema Vasco: La sociedad vasca es nacional, pero no nacionalista[2] (está dividida ideológicamente en torno al 50%). Una minoría de nacionalistas justifica el uso de la violencia para lograr la estatalidad única. No se pueden trazar fronteras porque no hay distribución geográfica homogénea, por lo que la autodeterminación es un desaguisado político, cultural y económico, cuando la mayoría nacional (tanto nacionalista como no nacionalista) no puede sugerir un segundo derecho de autodeterminación para no pertenecer al nuevo posible estado. Esto llevaría a una especie de cantonalismo que complicaría mucho más la situación. Podría acabar en algo parecido a las Guerras Balcánicas[3]. Se trata de una mala gestión de fronteras culturales (no estatales), las fronteras son también puntos de contacto e intercambio.

 

La superación de las fronteras culturales a través de la imposición lleva al uso de la fuerza, lo que acaba en violencia generalizada. Johan Galtung habla de violencia habla de violencia estructural fruto de la desigualdad económica y cultural. La solución es un mecanismo más lento que el que exige la política antiterrorista.

 

El caso de las caricaturas de Mahoma[4] se generó, se mantuvo y se agotó mediáticamente, y la clave es analizar la propaganda mediática:

 

“Si la mayoría de los 80 millones de pakistaníes o de los 75 millones de turcos se hubieran movilizado (no sólo ofendido) se podría hablar de reacción de violencia”.

 Para ese análisis no es necesario acceder a los altos secretos del Pentágono, se trata de combinar la información pública con conocimientos y sentido común.


[1] Si no ver la incidencia de atentados terroristas en África
[2] Puntualización de Calduch: “Tampoco creo que exista una nación española”
[3] A lo que añadió “¿Os creéis que un día se despertó Milosevic y resultó ser más hijo de puta que antes?”
[4] A propósito, añadió que no existe una cultura islámica. Hay una cultura árabe-Islámica, como una magrebí-islámica o una indonesia-islámoca. La cultura es algo demasiado complejo como para reducirlo a una religión. Es una falacia hablar del Islam como cultura.

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