Manipulación Informativa en la III Guerra del Golfo: Consideraciones Técnicas
1. Descripción del objeto material de estudio.
No nos proponemos llevar a cabo un estudio exhaustivo de la prensa española en el período de la invasión de Irak, lo cual excedería con creces nuestras posibilidades, por ello hemos decidido acotar nuestra investigación a las informaciones aparecidas en El País, El ABC, El Mundo, y La Razón, si bien en algún otro momento podamos hacer alguna ocasional referencia al contenido de algún otro diario. La muestra ha sido escogida por resultarnos más accesible al tratarse de periódicos de tirada y vocación nacional, por lo que, a priori, hemos creído que llevarían a cabo un seguimiento del conflicto más profundo que lo locales o regionales. Además está en la mente de todos que con los cuatro se cubre un espectro ideológico suficientemente amplio, al menos en cuanto al tema que estamos tratando, por supuesto.
El espacio y el tiempo de estudio está bastante claro, desde que comienzan los bombardeos, la madrugada del jueves día 20 de Marzo de 2003, con las publicaciones aparecidas ese mismo día, hasta justo tres semanas después, el jueves día 10 de Abril, día en que las tropas aliadas entran en Bagdad. Por supuesto los enfrentamientos terminan algo después, pero a efectos de nuestro estudio debemos tener en cuenta dos factores, en primer lugar desde una perspectiva histórica, la guerra se puede dar por concluida ese día, en segundo, y mucho más importante, dado el ambiente que han generado la muerte y el asesinato de dos periodistas españoles en los últimos días de campaña, se produce una distorsión y una disfunción informativa muy importante (y muy lógica por otro lado), que culmina en los días posteriores con la salida del grueso de nuestros corresponsales en ese país, por lo que ciñéndonos al período arriba indicado, estaremos más cerca de alcanzar los propósitos de este estudio.
El problema de comunicación en el que vamos a basarnos es en el sistema comunicativo de los conflictos bélicos, pariendo de las tesis y de la experiencia adquirida por los militares en conflictos precedentes, como el de Vietnam, se han elaborado una serie de técnicas, que se vienen poniendo en práctica desde la Guerra de las Malvinas con el único objeto de que absolutamente toda la información que llegue al público haya sido
seleccionada, proporcionada u orientada por los propios militares de acuerdo a sus fines estratégicos. Como es lógico, consideramos que en un sistema de libertad de información como el nuestro (nos referimos usando las palabras del propio Presidente de los EE.UU., a los países pertenecientes al mundo libre), esto constituye un profunda disfunción comunicativa, en el mejor de los casos, ya que si valorásemos el fenómeno de la guerra según el marco teórico que la explica como un sistema que tiende a autoalimentarse, las consecuencias pueden llegar a resultar mucho más preocupantes que la simple desinformación.
2. Definición del Objeto Formal:
El objeto formal de nuestro estudio es determinar el éxito que tienen en la actualidad las prácticas informativas de los ejércitos inmersos en una campaña, con arreglo a los propósitos tácticos y estratégicos a que éstas están ceñidas.
Contamos con los manuales que manejan las autoridades militares al respecto, manuales de una sorprendente precisión y que son actualizados varias veces al año, por lo que en mayor o menor medida somos capaces de describir las actuaciones que sobre la información ejercen, básicamente el control es ejercido por varias premisas que van a dar forma a nuestro objeto formal y que, además, nos van a obligar a tener que fijarnos en varios marcos teóricos diferentes.
En primer lugar el control de la información se ejerce a través de su absoluto monopolio, sólo las autoridades castrenses deciden quien y en qué momento, y cómo, accede al teatro de operaciones, lo que se denomina pull de medios. Gracias a este procedimiento, que podemos denominar de censura previa, se logra centrar la atención de los medios en sólo aquello que interesa que sea contado, alejándola de los hechos que puedan resultar más desfavorables frente a la opinión pública.
En segundo lugar existe un colapso de información en los medios promovido en gran parte por los ejércitos que, literalmente inundan, cuando lo creen necesario, con informaciones técnicas superfluas los medios, que siempre resultan interesadas de uno u otro modo, y en muchas ocasiones no son siquiera fidedignas.
Con lo esbozado arriba podemos llegar a la puntualización siguiente: si bien nuestro objeto formal serán los efectos de las prácticas informativas de los ejércitos modernos, y la medición de su éxito (el éxito es algo difícilmente medible, pero en este caso daremos por plenamente exitosas esas actuaciones en la medida en la que cumplan con sus objetivos, que sí conocemos bien), otro aspecto que se podrá dilucidar con arreglo a las respuestas que obtengamos será qué podemos llegar a considerar que sabemos realmente, como meros espectadores, de todo lo acaecido en el teatro de operaciones. Si podemos considerar la información que nos llega de una manera objetiva o debemos ser siempre muy cautos con absolutamente todo el material.
3. Objetivos del Proyecto:
Nuestro objetivo principal es el establecimiento de unos criterios de análisis para el estudio del fenómeno informativo que también es una guerra. Los criterios estratégicos con los que se trabaja desde el ámbito militar son, de un modo u otro, aprehensibles debido principalmente a manuales y directivas de circulación interna que, en muy pocos casos, son confidenciales.
Las técnicas periodísticas de búsqueda de información son bien conocidas por todos nosotros, son multitud los manuales acerca del manejo de los flujos informativos y el tratamiento de las fuentes, si bien podemos comprobar que, al igual que sucede con casi todo el material que vamos a manejar para delimitar el marco teórico, hay principalmente dos problemas, la mayoría de los manuales son bastante antiguos, y a pesar de las actualizaciones, han quedado obsoletos, y lo que es mucho más importante, las técnicas periodísticas, así como la inmensa mayoría de los corpus teóricos de la información, han sido elaborados con el objeto de servir de un modo u otro a fines políticos.
Aclaremos lo anterior: el periodismo de fuentes, por ejemplo, o muchas de las teorías que se suelen manejar en la facultad cumplen el propósito de servir o explicar cambios en las opiniones políticas.
Por ello consideramos de vital importancia la creación de nuevas técnicas, por qué no basadas en las nuevas tecnologías, así como de nuevos corpus que sirvan más adecuadamente para explicar éste y otros fenómenos o disfunciones comunicativas, a ello pretendemos contribuir con este estudio, sin por ello marcarnos objetivos que excedan, con mucho, nuestras posibilidades y pretensiones.
Los objetivos específicos del problema que investigamos serán, cómo no, tratar de establecer una mecánica explicativa de cómo los medios se convierten, involuntariamente en la mayoría de las ocasiones, en un sistema propagandístico del que se sirven a su gusto las autoridades militares, debido al monopolio informativo que ejercen.
Los procedimientos utilizados y el momento en que se llevan a cabo son diversos:
- En el teatro de operaciones: El espectro de acciones de propaganda de guerra es amplio, y mucho más el de las Psyops, cabe empezar por las propias maniobras tácticas y estratégicas, y por los bombardeos (que portan un profundo efecto psicológico de por sí), además de rarezas, como la emisión de distintos tipos de música durante las operaciones, el lanzamiento de pasquines incitando a la rendición o determinadas acciones de terror (ataques a objetivos de nulo o escaso valor estratégico)
- En la retaguardia: Las acciones de comunicación de masas se confunden, sea su objetivo beligerante o electoral, e incluye no sólo los procesos de desinformación, sobreinformación y censura, sino la emisión voluntaria de documentales temáticos con información manipulada, o la programación de televisión (desde los programas informativos a la planificación de las películas en la parrilla televisiva)
4. Justificación Científica y Social.
El planteamiento de estudio que realizamos aquí resulta de una inconveniencia obvia para aquellos que podrían estar más interesados y capacitados económica e institucionalmente para promocionarlo, debido a que es desde el poder ejecutivo desde donde finalmente se auspician todas estas actuaciones. Sin embargo consideramos que como de lo que estamos tratando al fin y al cabo es de la libertad de información, o de las medidas que en el caso de un conflicto bélico se toman para coartarla, por ello consideramos estudios como este de una importancia excepcional para el futuro desarrollo de técnicas de investigación en las ciencias sociales, y en el periodismo.
Los referentes de nuestra justificación provienen precisamente de los manuales de uso táctico de la información, que son de uso común en los ejércitos de países como el nuestro.
Desde el punto de vista militar la información es usada como elemento estratégico hoy más que nunca, mejor dicho, hoy más que siempre, por ello creemos que el hecho manifiesto de sentir, al menos por el momento, que la batalla entre la libertad de información y las prerrogativas de quienes ejercen el monopolio de la violencia, está perdida por el grueso de la masa social, justifica suficientemente, por sí mismo, cualquier intento de esclarecer el por qué esto es así, cómo es llevado a cabo, o cuáles son los actores que facilitan, promueven o están involucrados en ellos.
No nos proponemos llevar a cabo un estudio exhaustivo de la prensa española en el período de la invasión de Irak, lo cual excedería con creces nuestras posibilidades, por ello hemos decidido acotar nuestra investigación a las informaciones aparecidas en El País, El ABC, El Mundo, y La Razón, si bien en algún otro momento podamos hacer alguna ocasional referencia al contenido de algún otro diario. La muestra ha sido escogida por resultarnos más accesible al tratarse de periódicos de tirada y vocación nacional, por lo que, a priori, hemos creído que llevarían a cabo un seguimiento del conflicto más profundo que lo locales o regionales. Además está en la mente de todos que con los cuatro se cubre un espectro ideológico suficientemente amplio, al menos en cuanto al tema que estamos tratando, por supuesto.
El espacio y el tiempo de estudio está bastante claro, desde que comienzan los bombardeos, la madrugada del jueves día 20 de Marzo de 2003, con las publicaciones aparecidas ese mismo día, hasta justo tres semanas después, el jueves día 10 de Abril, día en que las tropas aliadas entran en Bagdad. Por supuesto los enfrentamientos terminan algo después, pero a efectos de nuestro estudio debemos tener en cuenta dos factores, en primer lugar desde una perspectiva histórica, la guerra se puede dar por concluida ese día, en segundo, y mucho más importante, dado el ambiente que han generado la muerte y el asesinato de dos periodistas españoles en los últimos días de campaña, se produce una distorsión y una disfunción informativa muy importante (y muy lógica por otro lado), que culmina en los días posteriores con la salida del grueso de nuestros corresponsales en ese país, por lo que ciñéndonos al período arriba indicado, estaremos más cerca de alcanzar los propósitos de este estudio.
El problema de comunicación en el que vamos a basarnos es en el sistema comunicativo de los conflictos bélicos, pariendo de las tesis y de la experiencia adquirida por los militares en conflictos precedentes, como el de Vietnam, se han elaborado una serie de técnicas, que se vienen poniendo en práctica desde la Guerra de las Malvinas con el único objeto de que absolutamente toda la información que llegue al público haya sido
seleccionada, proporcionada u orientada por los propios militares de acuerdo a sus fines estratégicos. Como es lógico, consideramos que en un sistema de libertad de información como el nuestro (nos referimos usando las palabras del propio Presidente de los EE.UU., a los países pertenecientes al mundo libre), esto constituye un profunda disfunción comunicativa, en el mejor de los casos, ya que si valorásemos el fenómeno de la guerra según el marco teórico que la explica como un sistema que tiende a autoalimentarse, las consecuencias pueden llegar a resultar mucho más preocupantes que la simple desinformación.
2. Definición del Objeto Formal:
El objeto formal de nuestro estudio es determinar el éxito que tienen en la actualidad las prácticas informativas de los ejércitos inmersos en una campaña, con arreglo a los propósitos tácticos y estratégicos a que éstas están ceñidas.
Contamos con los manuales que manejan las autoridades militares al respecto, manuales de una sorprendente precisión y que son actualizados varias veces al año, por lo que en mayor o menor medida somos capaces de describir las actuaciones que sobre la información ejercen, básicamente el control es ejercido por varias premisas que van a dar forma a nuestro objeto formal y que, además, nos van a obligar a tener que fijarnos en varios marcos teóricos diferentes.
En primer lugar el control de la información se ejerce a través de su absoluto monopolio, sólo las autoridades castrenses deciden quien y en qué momento, y cómo, accede al teatro de operaciones, lo que se denomina pull de medios. Gracias a este procedimiento, que podemos denominar de censura previa, se logra centrar la atención de los medios en sólo aquello que interesa que sea contado, alejándola de los hechos que puedan resultar más desfavorables frente a la opinión pública.
En segundo lugar existe un colapso de información en los medios promovido en gran parte por los ejércitos que, literalmente inundan, cuando lo creen necesario, con informaciones técnicas superfluas los medios, que siempre resultan interesadas de uno u otro modo, y en muchas ocasiones no son siquiera fidedignas.
Con lo esbozado arriba podemos llegar a la puntualización siguiente: si bien nuestro objeto formal serán los efectos de las prácticas informativas de los ejércitos modernos, y la medición de su éxito (el éxito es algo difícilmente medible, pero en este caso daremos por plenamente exitosas esas actuaciones en la medida en la que cumplan con sus objetivos, que sí conocemos bien), otro aspecto que se podrá dilucidar con arreglo a las respuestas que obtengamos será qué podemos llegar a considerar que sabemos realmente, como meros espectadores, de todo lo acaecido en el teatro de operaciones. Si podemos considerar la información que nos llega de una manera objetiva o debemos ser siempre muy cautos con absolutamente todo el material.
3. Objetivos del Proyecto:
Nuestro objetivo principal es el establecimiento de unos criterios de análisis para el estudio del fenómeno informativo que también es una guerra. Los criterios estratégicos con los que se trabaja desde el ámbito militar son, de un modo u otro, aprehensibles debido principalmente a manuales y directivas de circulación interna que, en muy pocos casos, son confidenciales.
Las técnicas periodísticas de búsqueda de información son bien conocidas por todos nosotros, son multitud los manuales acerca del manejo de los flujos informativos y el tratamiento de las fuentes, si bien podemos comprobar que, al igual que sucede con casi todo el material que vamos a manejar para delimitar el marco teórico, hay principalmente dos problemas, la mayoría de los manuales son bastante antiguos, y a pesar de las actualizaciones, han quedado obsoletos, y lo que es mucho más importante, las técnicas periodísticas, así como la inmensa mayoría de los corpus teóricos de la información, han sido elaborados con el objeto de servir de un modo u otro a fines políticos.
Aclaremos lo anterior: el periodismo de fuentes, por ejemplo, o muchas de las teorías que se suelen manejar en la facultad cumplen el propósito de servir o explicar cambios en las opiniones políticas.
Por ello consideramos de vital importancia la creación de nuevas técnicas, por qué no basadas en las nuevas tecnologías, así como de nuevos corpus que sirvan más adecuadamente para explicar éste y otros fenómenos o disfunciones comunicativas, a ello pretendemos contribuir con este estudio, sin por ello marcarnos objetivos que excedan, con mucho, nuestras posibilidades y pretensiones.
Los objetivos específicos del problema que investigamos serán, cómo no, tratar de establecer una mecánica explicativa de cómo los medios se convierten, involuntariamente en la mayoría de las ocasiones, en un sistema propagandístico del que se sirven a su gusto las autoridades militares, debido al monopolio informativo que ejercen.
Los procedimientos utilizados y el momento en que se llevan a cabo son diversos:
- En el teatro de operaciones: El espectro de acciones de propaganda de guerra es amplio, y mucho más el de las Psyops, cabe empezar por las propias maniobras tácticas y estratégicas, y por los bombardeos (que portan un profundo efecto psicológico de por sí), además de rarezas, como la emisión de distintos tipos de música durante las operaciones, el lanzamiento de pasquines incitando a la rendición o determinadas acciones de terror (ataques a objetivos de nulo o escaso valor estratégico)
- En la retaguardia: Las acciones de comunicación de masas se confunden, sea su objetivo beligerante o electoral, e incluye no sólo los procesos de desinformación, sobreinformación y censura, sino la emisión voluntaria de documentales temáticos con información manipulada, o la programación de televisión (desde los programas informativos a la planificación de las películas en la parrilla televisiva)
4. Justificación Científica y Social.
El planteamiento de estudio que realizamos aquí resulta de una inconveniencia obvia para aquellos que podrían estar más interesados y capacitados económica e institucionalmente para promocionarlo, debido a que es desde el poder ejecutivo desde donde finalmente se auspician todas estas actuaciones. Sin embargo consideramos que como de lo que estamos tratando al fin y al cabo es de la libertad de información, o de las medidas que en el caso de un conflicto bélico se toman para coartarla, por ello consideramos estudios como este de una importancia excepcional para el futuro desarrollo de técnicas de investigación en las ciencias sociales, y en el periodismo.
Los referentes de nuestra justificación provienen precisamente de los manuales de uso táctico de la información, que son de uso común en los ejércitos de países como el nuestro.
Desde el punto de vista militar la información es usada como elemento estratégico hoy más que nunca, mejor dicho, hoy más que siempre, por ello creemos que el hecho manifiesto de sentir, al menos por el momento, que la batalla entre la libertad de información y las prerrogativas de quienes ejercen el monopolio de la violencia, está perdida por el grueso de la masa social, justifica suficientemente, por sí mismo, cualquier intento de esclarecer el por qué esto es así, cómo es llevado a cabo, o cuáles son los actores que facilitan, promueven o están involucrados en ellos.
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