La Máquina de Matar
Me estoy sorprendiendo demasiado al leer la prensa últimamente. Más de una vez, leyendo tanto EL MUNDO como EL PAIS, encuentro artículos con un contenido tan anacrónico para la línea editorial del medio en cuestión, que me da la impresión de que el cachondo de mi quiosquero me mezcla las páginas de ambos periódicos para echarse unas risas. El último artículo que me ha dejado patidifuso es Che Guevara, la máquina de matar, que se publicó en el suplemento dominical de EL PAIS el pasado 31 de Julio, firmado por Álvaro Vargas Llosa, y se publicó en inglés en la revista "The Republic".
El contenido de este texto busca desmitificar a quien hoy en día es el icono por excelencia de los jóvenes de izquierdas (tampoco despreciaría el pañuelo palestino), a quien se acusa de ser un sanguinario asesino durante la lucha guerrillera en América Latina, y un feroz represor como parte del aparato policial cubano, al frente de la prisión de La Cabaña, periodo en el que se le imputan entre 179 y 2000 ejecuciones. Cierto, reconozco que no se trata precisamente de un icono pacifista: Recuerdo que siendo jóven acompañé a un compañero de facultad a casa de un tercer amigo, cuyo padre, uno de los fundadores del FREPIC AWAÑAC, y otras entidades de izquierdas en Gran Canaria, montó en cólera al ver que uno de los que acompañaba a su hijo (no era yo) combinaba una camiseta con el rostro del CHE con un símbolo pacifista. Menuda bronca se llevó el chico, entre gritos y reproches le mandó a hacer la mili y a aprender a disparar misiles si quiería liberar a su país (en referencia a las Islas Canarias).
Ser de Izquierdas no significa obligatoriamente ser pacifista (como demuestra la vida de Guevara), al igual que ser nacionalista no significa necesariamente ser ultraconservador (últimamente se abusa demasiado de la relación entre nacionalismo y derecha), pero en momentos duros como los que vivimos desde Marzo de 2004, cualquier ataque a un icono ideológico suele llevar algo detrás, sobretodo cuando se trata de atacar iconos de la izquierda; porque se supone, y yo no lo creo, que el actual gobienro español es un gobierno de izquierdas, y por eso desde los conservadores liberales a los que harían parecer a Atila un hippie, España se dirige a una nueva Guerra Civil por culpa del PSOE. Cuando retiraron la estatua de Franco otros profanaron la de Largo Caballero, cuando unos hablan de las atrocidades de los nacionales en la Guerra Civil y la Postguerra, otros contraatacaron con que la guerra empezó con la revuelta de 1934, y reviven los fusilamientos de Paracuellos del Jarama, de los que al parecer Santiago Carrillo no recuerda nada y añade (en una entrevista recientemente publicada en EL MUNDO) que es cosa de sus enemigos políticos.
Hablando con amigos simpatizantes del PP, me quedo de piedra (y siento algo de repugnancia) cuando dicen a gritos que el 11-M fue un golpe de estado (Los hay que no comprenden que su partido favorito también puede sufrir un voto de castigo que le desaloje del poder, que el PP cometió errores durante su administración, y que Aznar está lejos de ser "El mejor presidente de la España democrática"), que lo de Franco fue una "dictablanda" (hombre... al menos no se les ocurrió lanzar desde un avión y sin paracaídas a los comunistas) y, mi preferida, que en 8 años de gobierno de Aznar NO HUBO UN SÓLO HERIDO EN UNA MANIFESTACIÓN (y esto va en memoria de todos los manifestantes de SINTEL, los que nos opusimos a la priivatización de la Universidad y por supuesto a quienes nos opusimos a la Guerra de Iraq) ... A veces creo que los sectores más conservadores han perdido la cabeza tras el berrinche de perder unas elecciones que decían tener ganadas, otras sencillamente creo que su problema es la desconexión con la realidad (y que conste que no suelo escuchar la SER, y que además del PAIS leo otros diarios).
Cuando leo que el CHE Guevara fue una máquina de matar, trato de pensar que se trata de una aclaración histórica, de una desmitificación para aclararnos a los no tan jóvenes que nadie es perfecto, y menos durante un conflicto armado. Quizá incluso quiera el autor recordarnos que no es verdad todo lo que leemos o vemos en televisión, que la propaganda es un instrumento en contínuo proceso de adaptación y refinamiento de sus técnicas; pero también recuerdo a quienes dicen que en este país (y en el resto del mundo) quien mata es sólo la izquierda, ETA en España es de izquierdas, el IRA sería de izquierdas (¿?) ... ¡coño! ahora hasta Ben Laden será un izquierdista de toda la vida... oigo en ello la perorata diaria de Jiménez Losantos, y si finalmente me lo llego a creer resultará que el CHE era un demonio sediento de sangre humana, y que sus enemigos eran inocentes niños virginales y pacíficos. El CHE sería un Hitler reencarnado... y Hitler sería también de izquierdas de toda la vida.
Lo mejor que podríamos hacer por nosotros mismos es tranquilizarnos y mirar la actualidad con algo más de perspectiva, reconozco que el CHE no era precisamente un santo, sino un luchador, y que como todo luchador tenía algo de demonio; porque nunca nadie ha logrado nada por las buenas. A los dieciocho años me hice tatuar un rostro del CHE en la espalda, probablemente ignoraba entonces que este hombre había sido director de un centro para presos políticos, y que ejecutó a cien, doscientos, o dosmil personas (y si lo hizo los jóvenes ilusionados con otro mundo posible no tienen la culpa de ello); pero lo que no he olvidado casi diez años después es lo que también representa el CHE: Las ganas de cambiar el mundo, de solucionar los problemas, el sacrificio de una vida de bienestar para entregarse a luchar por unos ideales. Sin ser un santo, el CHE no era ningún Hitler... y yo no pienso pedir perdón.
(N.B: Lo de la foto es una broma (está sacada de camisetasguapas.com), quizá mis amigos "peperos" no le encuentren maldita gracia, pero espero que traten de comprenderme como yo trato de comprenderlos a ellos y que sigamos siendo amigos)
El contenido de este texto busca desmitificar a quien hoy en día es el icono por excelencia de los jóvenes de izquierdas (tampoco despreciaría el pañuelo palestino), a quien se acusa de ser un sanguinario asesino durante la lucha guerrillera en América Latina, y un feroz represor como parte del aparato policial cubano, al frente de la prisión de La Cabaña, periodo en el que se le imputan entre 179 y 2000 ejecuciones. Cierto, reconozco que no se trata precisamente de un icono pacifista: Recuerdo que siendo jóven acompañé a un compañero de facultad a casa de un tercer amigo, cuyo padre, uno de los fundadores del FREPIC AWAÑAC, y otras entidades de izquierdas en Gran Canaria, montó en cólera al ver que uno de los que acompañaba a su hijo (no era yo) combinaba una camiseta con el rostro del CHE con un símbolo pacifista. Menuda bronca se llevó el chico, entre gritos y reproches le mandó a hacer la mili y a aprender a disparar misiles si quiería liberar a su país (en referencia a las Islas Canarias).
Ser de Izquierdas no significa obligatoriamente ser pacifista (como demuestra la vida de Guevara), al igual que ser nacionalista no significa necesariamente ser ultraconservador (últimamente se abusa demasiado de la relación entre nacionalismo y derecha), pero en momentos duros como los que vivimos desde Marzo de 2004, cualquier ataque a un icono ideológico suele llevar algo detrás, sobretodo cuando se trata de atacar iconos de la izquierda; porque se supone, y yo no lo creo, que el actual gobienro español es un gobierno de izquierdas, y por eso desde los conservadores liberales a los que harían parecer a Atila un hippie, España se dirige a una nueva Guerra Civil por culpa del PSOE. Cuando retiraron la estatua de Franco otros profanaron la de Largo Caballero, cuando unos hablan de las atrocidades de los nacionales en la Guerra Civil y la Postguerra, otros contraatacaron con que la guerra empezó con la revuelta de 1934, y reviven los fusilamientos de Paracuellos del Jarama, de los que al parecer Santiago Carrillo no recuerda nada y añade (en una entrevista recientemente publicada en EL MUNDO) que es cosa de sus enemigos políticos.
Hablando con amigos simpatizantes del PP, me quedo de piedra (y siento algo de repugnancia) cuando dicen a gritos que el 11-M fue un golpe de estado (Los hay que no comprenden que su partido favorito también puede sufrir un voto de castigo que le desaloje del poder, que el PP cometió errores durante su administración, y que Aznar está lejos de ser "El mejor presidente de la España democrática"), que lo de Franco fue una "dictablanda" (hombre... al menos no se les ocurrió lanzar desde un avión y sin paracaídas a los comunistas) y, mi preferida, que en 8 años de gobierno de Aznar NO HUBO UN SÓLO HERIDO EN UNA MANIFESTACIÓN (y esto va en memoria de todos los manifestantes de SINTEL, los que nos opusimos a la priivatización de la Universidad y por supuesto a quienes nos opusimos a la Guerra de Iraq) ... A veces creo que los sectores más conservadores han perdido la cabeza tras el berrinche de perder unas elecciones que decían tener ganadas, otras sencillamente creo que su problema es la desconexión con la realidad (y que conste que no suelo escuchar la SER, y que además del PAIS leo otros diarios).
Cuando leo que el CHE Guevara fue una máquina de matar, trato de pensar que se trata de una aclaración histórica, de una desmitificación para aclararnos a los no tan jóvenes que nadie es perfecto, y menos durante un conflicto armado. Quizá incluso quiera el autor recordarnos que no es verdad todo lo que leemos o vemos en televisión, que la propaganda es un instrumento en contínuo proceso de adaptación y refinamiento de sus técnicas; pero también recuerdo a quienes dicen que en este país (y en el resto del mundo) quien mata es sólo la izquierda, ETA en España es de izquierdas, el IRA sería de izquierdas (¿?) ... ¡coño! ahora hasta Ben Laden será un izquierdista de toda la vida... oigo en ello la perorata diaria de Jiménez Losantos, y si finalmente me lo llego a creer resultará que el CHE era un demonio sediento de sangre humana, y que sus enemigos eran inocentes niños virginales y pacíficos. El CHE sería un Hitler reencarnado... y Hitler sería también de izquierdas de toda la vida.
Lo mejor que podríamos hacer por nosotros mismos es tranquilizarnos y mirar la actualidad con algo más de perspectiva, reconozco que el CHE no era precisamente un santo, sino un luchador, y que como todo luchador tenía algo de demonio; porque nunca nadie ha logrado nada por las buenas. A los dieciocho años me hice tatuar un rostro del CHE en la espalda, probablemente ignoraba entonces que este hombre había sido director de un centro para presos políticos, y que ejecutó a cien, doscientos, o dosmil personas (y si lo hizo los jóvenes ilusionados con otro mundo posible no tienen la culpa de ello); pero lo que no he olvidado casi diez años después es lo que también representa el CHE: Las ganas de cambiar el mundo, de solucionar los problemas, el sacrificio de una vida de bienestar para entregarse a luchar por unos ideales. Sin ser un santo, el CHE no era ningún Hitler... y yo no pienso pedir perdón.
(N.B: Lo de la foto es una broma (está sacada de camisetasguapas.com), quizá mis amigos "peperos" no le encuentren maldita gracia, pero espero que traten de comprenderme como yo trato de comprenderlos a ellos y que sigamos siendo amigos)
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