La actividad en las cuatro subregiones del continente africano en el último año ha supuesto la aparición de dos nuevos centros de gravedad en lo referido a la seguridad. A la habitual inestabilidad del Cuerno de África, donde la intervención de las potencias vecinas a Somalia ha logrado mejorar, aunque no estabilizar, la zona; se han sumado un recrudecimiento de la actividad insurgente en Nigeria, y la secesión de facto del norte de Malí, ambas en la esfera de la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental), y que amenazan con desestabilizar toda la región.
La intervención de potencias extranjeras se ha visto incrementada por una mayor presencia diplomática y comercial china y por el envío de asesores militares estadounidenses a África Central para contribuir a la neutralización del Ejército de Resistencia del Señor, liderado por Joseph Kony. Por otra parte, la actividad insurgente en esa área se ha incrementado en la frontera de la República Democrática del Congo con Uganda.
En la subregión del Sur, ha crecido la inestabilidad interna de Sudáfrica por el conflicto minero, y dicha potencia ha mantenido una pequeña guerra fría con Nigeria por influir en la elección de la presidencia de la Unión Africana.
En cuanto a la integración continental, la Unión Africana ha ampliado las capacidades de su fuerza de reserva (ASF) con la adición de un mando logístico en Duala (Camerún) al mando central de Addis Adeba (Etiopía). Se espera que la fuerza de intervención esté operativa en todo el continente para 2015, con una unidad de tamaño brigada en cada una de las cinco subregiones del continente.
Análisis de Áreas:
1. África Occidental:
El grupo insurgente nigeriano Boko Haram ha comenzado el año con una campaña de atentados con explosivos que ha afectado a la región norte del país así como a la capital. Informes de agencias de inteligencia, tanto gubernamentales como privadas, apuntan a una conexión entre dicho grupo terrorista y las ramas de Al Qaeda en el Magreb y Somalia. Países limítrofes como Camerún han desplazado tropas a las zonas fronterizas con Nigeria en previsión a una extensión de las actividades yihadistas de Boko Haram en su territorio.
En Malí, el regreso de mercenarios tuaregs de la guerra civil libia ha supuesto una revuelta que, en connivencia con grupos yihadistas de la región, ha expulsado a las tropas gubernamentales del norte del país y la proclamación de la República de Azawad (no reconocida internacionalmente). Un posterior conflicto interno ha expulsado del poder a los tuaregs laicos, dejando la región en manos de estos grupos yihadistas.
En el sur del país, un golpe de estado en marzo, liderado por el Capitán Amadou Sanogo ha derrocado al gobierno del presidente Amadou Touré. La CEDEAO ha exigido la restitución del poder legítimo y prepara una intervención en el país para estabilizar el sur y recuperar el control del norte.
En el Golfo de Guinea la actividad pirata ha ido en aumento, y ha provocado la intervención de potencias de la UE con el envío de unidades navales en apoyo de las marinas locales para la protección de las rutas comerciales que cruzan la zona.
2. África Central:
La actividad en África Central gira en torno a los esfuerzos del gobierno ugandés para la captura del líder del Ejército de Resistencia del Señor (LRA) Joseph Kony y la neutralización de dicho grupo insurgente. El gobierno estadounidense ha desplazado un contingente de asesores militares a la zona y presta apoyo de inteligencia a las fuerzas ugandesas en esta misión.
También se ha acordado una misión multinacional en la región para combatir al grupo insurgente M-23 en el este de la República Democrática del Congo.
3. África Oriental:
La actividad en Somalia se ha visto incrementada por la intervención unilateral de las fuerzas armadas kenianas en el sur del territorio somalí, en una operación de estabilización de la zona que ha finalizado con la integración de sus fuerzas en la misión de la UA AMISOM. Uganda ha incrementado el número y calidad de sus fuerzas enviando helicópteros de combate en apoyo a las unidades terrestres desplegadas en el país, y Etiopía mantiene una intervención limitada en su frontera. Todo ello ha contribuido a un retroceso del grupo insurgente Al Shabaab y una ampliación del territorio controlado por el gobierno federal de transición y sus milicias afines.
Al Shabaab ha iniciado un cambio de estrategia, iniciando acciones de hostigamiento a las fuerzas multinacionales y federales, así como atentados terroristas en Kenia.
Por su parte, Etiopía sigue manteniendo una fuerza de interposición en la frontera entre Sudán y Sudán del Sur que se disputan la región de Kordofán del Sur, rica en petróleo. Y ha llevado a cabo un ataque contra campamentos terrorista en suelo eritreo.
4. Sur de África:
La actividad más destacable en la subregión sudafricana es el conflicto minero que ha enfrentado a trabajadores de la extracción de platino en Marikana. El enfrentamiento con las fuerzas de seguridad sudafricana llegó a los medios de comunicación del todo el mundo debido a la muerte tanto de agentes de policía a manos de los mineros como por la represión de las protestas usando fuerza letal.
Por otra parte, la elección de la Presidenta de Comisión de la UA, la sudafricana Nkosazana Dlamini-Zuma (Diplomática y ex Ministra del Interior) ha supuesto un roce diplomático entre el gobierno sudafricano y el nigeriano que ha incluido la expulsión recíproca de residentes. Al proponer a una diplomática nacional, Sudáfrica ha roto un pacto tácito entre las potencias africanas de ceder la presidencia de la Comisión de este organismo supranacional a candidatos de los países más pequeños.
Intervención extranjera en el continente:
La presencia militar de potencias extranjeras en África ha aumentado en el último año. A la renovación de las misiones multinacionales para la protección del tráfico marítimo en el Índico, amenazado por la piratería somalí, y a la formación de las fuerzas del Gobierno Federal de Transición, hay que añadir una segunda misión anti-piratería en el Golfo de Guinea en colaboración con los países ribereños.
Los Estados Unidos han incrementado su presencia en el continente africano en apoyo a la lucha contra Al Shabaab en Somalia, con la creación de bases para drones en Etiopía y Yibuti, con el despliegue de asesores militares para la lucha contra el LRA en Sudán del Sur, República Democrática del Congo y República Centroafricana. Dicha misión, de la UA, cuenta con un contingente de 5000 efectivos.
China ha aumentado su presencia en el continente, expandiendo su acción diplomática y comercial desde la subregión del Este, donde ha contribuido a la construcción de la sede de la UA en Addis Adeba, hacia África Occidental. Sin embargo su presencia militar se limita a una flotilla en el Golfo de Adén para proteger las rutas comerciales del Océano Índico, y a la presencia de compañías militares privadas chinas en el Este de África para la protección de sus instalaciones.
Es previsible una participación de potencias de la UE en una intervención multinacional en Mali, aunque la situación económica de los países europeos limitará la misma a apoyo logístico y de inteligencia a las tropas de la Unión Africana.
Conclusiones:
La actividad en el continente africano del último año ha supuesto un desplazamiento del centro de gravedad hacia el Oeste como contagio de las revoluciones en la subregión del Norte. El incremento de la actividad terrorista en África Occidental y el surgimiento de un estado de facto controlado por integristas islámicos en el norte de Malí, suponen un mayor desafío para los estados de la región debido a su más que probable efecto de contagio, siendo este último escenario motivo para una nueva intervención extranjera en la región.
Las misiones de protección del tráfico marítimo, tanto en el Índico como en el Golfo de Guinea, han evolucionado a acciones puntuales sobre el terreno (ataques a bases piratas en la costa de Somalia) aunque no parece previsible una acción similar en el Golfo de Guinea, debido al mayor control de los estados ribereños sobre su propio territorio y a la mayor integración regional de los mismos.
La intervención limitada estadounidense en África Central obedece más a una operación de imagen que tiene por objetivo a su propia población (a priori la misión responde a una campaña de la ONG Invisible Children contra el reclutamiento de niños por parte de estos grupos insurgentes) que a un intento de frenar a penetración china en el continente. Es probable un incremento del apoyo estadounidense a los estados del Norte, Este y Oeste africano como parte de su guerra contra el terrorismo, dadas las conexiones entre Al Qaeda en el Magreb con Boko Haram y Al Shabaab.
Es poco probable un enfrentamiento convencional entre estados africanos el próximo año más allá de los choques fronterizos entre Sudán y Sudán del Sur y las acciones limitadas etíopes en su frontera con Eritrea.