Cómo nos venden la Guerra (La III Guerra del Golfo Pérsico) I
En la segunda edición de su libro Historia de la Propaganda , el Dr. Pizarroso decía al comenzar su capítulo dedicado a la II Guerra del Golfo Pérsico (Me guío por los escritos de los expertos que consideran la Guerra de Irán contra Irak (1980-1988/1991) como la Primera Guerra del Golfo, aunque los autores especializados discrepan acerca de su relación con las dos siguientes, que enfrentaron a una coalición internacional liderada por los EEUU a la República de Irak), que ésa no sería el último conflicto armado en la región. Aunque los autores cercanos a las teorías del gobierno estadounidense hablan de una conexión entre la guerra de 1991 y la de este año, no cabe, en términos legales o estratégicos, nexo alguno de unión entre ambas.
Para empezar, la guerra de 1991 se trataba de una operación de Naciones Unidas (Amparada por el capítulo VII de la Carta de la ONU, y por diversas resoluciones del Consejo de Seguridad de la misma organización, que autorizó el uso de la fuerza) para desalojar a las tropas iraquíes que habían invadido y anexionado Kuwait al Iraq.
Por otro lado, los aspectos estratégicos, se había acusado al gobierno de Sadam Husein de continuar la producción de armas de destrucción masiva, en base al uso que éste hizo de las armas químicas contra la población kurda del norte de Iraq, y para detener las contraofensivas iraníes durante la guerra que mantuvo contra esta república islámica; a la sospecha de la continuación de su programa nuclear y de su rearme con misiles de alcance superior al permitido por las resoluciones de Naciones Unidas, el renombrado caso de los misiles Al Samud (basados en el misil superficie aire SA2 de fabricación rusa). Esta suma de argumentos, unidas a la dureza para con su propia población del régimen del partido Baaz, y la tantas veces empleadas excusa de la colaboración con el terrorismo internacional, fueron los utilizados por el Eje Bush jr- Blair, al que se unirían más tarde los primeros ministros Aznar, de España, y Simeón Saks-Koburgopski, de Bulgaria, (principales aliados a priori de este eje, dado que ocupaban puestos temporales en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas) para convencer al mundo de que el régimen de Sadam Husein es una amenaza, pese a haber sido arrasado por dos guerras y doce años de embargo y de operaciones de castigo por parte de las fuerzas de dicho eje destinadas la región del Golfo Pérsico, y de que había que derrocar dicho régimen para instaurar una democracia , en el marco de la campaña antiterrorista global que diese comienzo tras los atentados de Nueva York, del Once de Septiembre de 2001.
Este trabajo trata de analizar, a través de las etapas que llevaron desde la crisis a la guerra, la acción de propaganda y operaciones psicológicas con las que los aliados trataron de complementar su acción diplomática y militar, y de subrayar los errores que hicieron de esta una de las guerras más impopulares desde la de Vietnam.
Aunque el imponente flujo de información da para más de un trabajo, de hecho para llenar volúmenes con análisis de la información emitida, me he centrado por economía en la prensa del flanco debil(De hecho, en un principio pensé en denominarlo el brazo débil o el brazo delgado de la alianza: Los países que apoyaron la acción angloamericana con su servicio exterior, propaganda y el envío de tropas auxiliares a la retaguardia o durante la postguerra), , por así llamarlo, del que no queda claro el número de integrantes ni su grado de compromiso, con el caso destacado de Bulgaria y España, miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas durante la crisis y la campaña militar. En el caso español, más accesible para el autor, hace un seguimiento de las informaciones publicadas en los diarios escritos El País, El Mundo, ABC, La Razón y El Periódico de Cataluña, habiendo seleccionado los textos relacionados con las campañas propagandísticas, de contrapropaganda y de operaciones psicológicas.La bibliografía para realizar este trabajo en el caso español se limita a informaciones referidas al conflicto de Irak que aparecieren en El País, El Mundo, El ABC, La Razón, Periódico de Cataluña y la revista War Heat. Las razones para elegir estas seis publicaciones:
- La postura difiere: El País, El Mundo y El Periódico se sitúan contrarios al conflicto, mientras que el ABC y La Razón defienden la postura del gobierno español de que es una intervención necesaria para garantizar la seguridad internacional. Este hecho, y el que su precio esté por debajo del límite fijado por el gobierno para cada ejemplar diario, sitúa a estos dos últimos periódicos como presuntos medios de prensa paraestatal.
- El País, El Mundo, ABC y la Razón son periódicos de cobertura nacional, mientras que El Periódico de Cataluña está considerado prensa de provincias, aunque como otros periódicos de su tipo (por ejemplo el Canarias 7) distribuyen ejemplares en la capital.
- La línea editorial de los diarios es representativa de las principales opciones políticas: El País es un diario progresista vinculado al PSOE, mientras que El Mundo, ABC, y La Razón están vinculados en mayor o menor medida al Partido Popular. El Periódico de Cataluña es representativo de las opciones nacionalistas y regionalistas moderadas, mientras que War Heat presenta un punto de vista vinculado al mundo militar (pensamiento conservador y pragmático centrado en la actividad militar).
- El País, El Mundo, ABC, La Razón y El Periódico son publicaciones de periodicidad diaria y contenido generalista, mientras que War Heat es una revista mensual especializada en temas militares.
En el caso búlgaro, no he podido lograr un seguimiento muy completo, pero finalmente he incluido informaciones traducidas de los diarios Standart, 24 Chasa (24 Horas), Monitor y Trud (Trabajo).
Respecto a la prensa búlgara cabe añadir una nota pidiendo comprensión: La prensa de ese país refleja un atraso ligado al de la propia república, por lo que se advierten dos tipos de diario al margen de los especializados: Los diarios de partido, ligados y sufragados oficialmente por un partido político, y la prensa independiente, que no goza de gran calidad periodística, y que parecen ser más bien pequeños folletos sensacionalistas donde priman las fotografías en color sobre el texto, y contenidos variados y poco serios, con un lenguaje bufo, dirigidos a un público de escaso nivel cultural .
Para empezar, la guerra de 1991 se trataba de una operación de Naciones Unidas (Amparada por el capítulo VII de la Carta de la ONU, y por diversas resoluciones del Consejo de Seguridad de la misma organización, que autorizó el uso de la fuerza) para desalojar a las tropas iraquíes que habían invadido y anexionado Kuwait al Iraq.
Por otro lado, los aspectos estratégicos, se había acusado al gobierno de Sadam Husein de continuar la producción de armas de destrucción masiva, en base al uso que éste hizo de las armas químicas contra la población kurda del norte de Iraq, y para detener las contraofensivas iraníes durante la guerra que mantuvo contra esta república islámica; a la sospecha de la continuación de su programa nuclear y de su rearme con misiles de alcance superior al permitido por las resoluciones de Naciones Unidas, el renombrado caso de los misiles Al Samud (basados en el misil superficie aire SA2 de fabricación rusa). Esta suma de argumentos, unidas a la dureza para con su propia población del régimen del partido Baaz, y la tantas veces empleadas excusa de la colaboración con el terrorismo internacional, fueron los utilizados por el Eje Bush jr- Blair, al que se unirían más tarde los primeros ministros Aznar, de España, y Simeón Saks-Koburgopski, de Bulgaria, (principales aliados a priori de este eje, dado que ocupaban puestos temporales en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas) para convencer al mundo de que el régimen de Sadam Husein es una amenaza, pese a haber sido arrasado por dos guerras y doce años de embargo y de operaciones de castigo por parte de las fuerzas de dicho eje destinadas la región del Golfo Pérsico, y de que había que derrocar dicho régimen para instaurar una democracia , en el marco de la campaña antiterrorista global que diese comienzo tras los atentados de Nueva York, del Once de Septiembre de 2001.
Este trabajo trata de analizar, a través de las etapas que llevaron desde la crisis a la guerra, la acción de propaganda y operaciones psicológicas con las que los aliados trataron de complementar su acción diplomática y militar, y de subrayar los errores que hicieron de esta una de las guerras más impopulares desde la de Vietnam.
Aunque el imponente flujo de información da para más de un trabajo, de hecho para llenar volúmenes con análisis de la información emitida, me he centrado por economía en la prensa del flanco debil(De hecho, en un principio pensé en denominarlo el brazo débil o el brazo delgado de la alianza: Los países que apoyaron la acción angloamericana con su servicio exterior, propaganda y el envío de tropas auxiliares a la retaguardia o durante la postguerra), , por así llamarlo, del que no queda claro el número de integrantes ni su grado de compromiso, con el caso destacado de Bulgaria y España, miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas durante la crisis y la campaña militar. En el caso español, más accesible para el autor, hace un seguimiento de las informaciones publicadas en los diarios escritos El País, El Mundo, ABC, La Razón y El Periódico de Cataluña, habiendo seleccionado los textos relacionados con las campañas propagandísticas, de contrapropaganda y de operaciones psicológicas.La bibliografía para realizar este trabajo en el caso español se limita a informaciones referidas al conflicto de Irak que aparecieren en El País, El Mundo, El ABC, La Razón, Periódico de Cataluña y la revista War Heat. Las razones para elegir estas seis publicaciones:
- La postura difiere: El País, El Mundo y El Periódico se sitúan contrarios al conflicto, mientras que el ABC y La Razón defienden la postura del gobierno español de que es una intervención necesaria para garantizar la seguridad internacional. Este hecho, y el que su precio esté por debajo del límite fijado por el gobierno para cada ejemplar diario, sitúa a estos dos últimos periódicos como presuntos medios de prensa paraestatal.
- El País, El Mundo, ABC y la Razón son periódicos de cobertura nacional, mientras que El Periódico de Cataluña está considerado prensa de provincias, aunque como otros periódicos de su tipo (por ejemplo el Canarias 7) distribuyen ejemplares en la capital.
- La línea editorial de los diarios es representativa de las principales opciones políticas: El País es un diario progresista vinculado al PSOE, mientras que El Mundo, ABC, y La Razón están vinculados en mayor o menor medida al Partido Popular. El Periódico de Cataluña es representativo de las opciones nacionalistas y regionalistas moderadas, mientras que War Heat presenta un punto de vista vinculado al mundo militar (pensamiento conservador y pragmático centrado en la actividad militar).
- El País, El Mundo, ABC, La Razón y El Periódico son publicaciones de periodicidad diaria y contenido generalista, mientras que War Heat es una revista mensual especializada en temas militares.
En el caso búlgaro, no he podido lograr un seguimiento muy completo, pero finalmente he incluido informaciones traducidas de los diarios Standart, 24 Chasa (24 Horas), Monitor y Trud (Trabajo).
Respecto a la prensa búlgara cabe añadir una nota pidiendo comprensión: La prensa de ese país refleja un atraso ligado al de la propia república, por lo que se advierten dos tipos de diario al margen de los especializados: Los diarios de partido, ligados y sufragados oficialmente por un partido político, y la prensa independiente, que no goza de gran calidad periodística, y que parecen ser más bien pequeños folletos sensacionalistas donde priman las fotografías en color sobre el texto, y contenidos variados y poco serios, con un lenguaje bufo, dirigidos a un público de escaso nivel cultural .
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Ruben -