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Análisis e Interpretación

LA MISIÓN SECRETA QUE ACABÓ EN PUNTA ARENAS (I)

Misión Secreta Británica

En los primeros días de mayo de 1982, la conducción inglesa de las operaciones en el Atlántico Sur estaba muy preocupada por los resultados de los ataques aéreos argentinos a su flota. El hundimiento del "Sheffield" y los daños a sus buques de alerta temprana, indicaban que era muy difícil prevenir las incursiones de la aviación argentina. De allí que se decidiera destruir las pistas e instalaciones de las dos bases aéreas desde donde partían sus aviones. Sin embargo, un bobardeo de alta cota resultaba complicado y poco efectivo, como ya había ocurrido con el ataque del Vulcan a la pista de Puerto Argentino.Fue entonces que se planificó realizar una audaz golpe, enviando al crepúsculo del 19 de mayo dos aviones Hércules C-130 de la RAF, similares a los argentinos para desembarcar dos equipos de quince "comandos" del cuerpo SAS, cuya misión sería destruir pistas e instalaciones con equipos de demolición e incendio. Estos hombres pertenecían al Escuadrón B, Regimiento 22º del SAS con base en Hereford, Gales, a unos 170 Km de Londres.Hay versiones que dicen que se buscaron radioperadores que hablaban con modismos argentinos para hacer aproximaciones de aterrizaje en las pistas, ya que tenían grabaciones de las efectuadas por los C-130 argentinos. Los incursores quedarían en la cabeceras con sus turbohélicesen marcha mientras grupos especializados descendían con Land Rovers por las rampas traseras. Las pistas se destruirían en la mitad de su longitud para impedir el despegue de los cazabombarderos Skyhawk Super Etendard, pero dejando un margen suficiente como para que los Hércules ingleses pudieran salir, ya que estas máquinas tienen la posibilidad de operar en STOL (corta distancia).Se había previsto que los dos aviones atacantes siguieran rutas de aproximación y aterrizaje similares a las habituales de las máquinas argentinas.

 

Pero para brindar un apoyo de guía final, se iba a instalar un pequeño radiofaro de guía satelital con VHF en un punto desierto del Estrecho de Magallanes, para lo cual se desplegaría secretamente hacia ese lugar un helicóptero Sea King. Este aparato podría colaborar para eventuales evacuaciones del personal que no pudiera escapar en los mismos aviones en que había llegado. El día convenido despegaron desde la larga pista de Wideawake en la isla Ascensión, los dos Hercules CILR4XV 296 equipados con sistemas Omega y provistos de lanzas para reabastecimientos aéreos que habían sido instaladas semanas antes en los talleres Marshall de la compañía Cambridge. Tendrían que cumplir un vuelo de 14 000 kilómetros, algo sin precedentes y superior aún al espectacular vuelo del Vulcan del 1º de mayo, durante el cual se reabastecerían varias veces con diez tanqueros Vickers CIPLR2 (VC-10 modificados) que se reabastecerían entre sí y a los dos Hercules, unas quince veces, a lo largo de la ruta prevista. A bordo iban dos grupos del Special Air Service con sus característicos pasamontañas marrones. El vuelo hasta la Patagonia insumiría unas diez horas. Sin embargo, al no recibir del helicóptero Sea King las comunicaciones en clave previstas para coordinar la operación, y como esa parte de la misión era fundamental, se hizo abortar el operativo y los dos Hercules con sus equipos regresaron a su base, en la isla Ascensión.

El helicóptero

El helicóptero Sea King HC-4 matrícula ZA-290 (código operacional -/VC) del Escuadrón 846 embarcó en Portsmouth a bordo del portaaviones "Hermes" el 29 de marzo con rumbo a las islas Malvinas. Durante la navegación se lo equipó con visores especiales para vuelo nocturno y fue transferido al "Invincible" en la noche del 17 de mayo, destinado a una misión especial de reconocimiento de largo alcance.Esa misma noche el "Invincible" se dirigió hacia el continente a toda máquina -unos 25 nudos- escoltado por el "Broadsword" a una milla, en total oscuridad y silencio de radio. Los barcos detuvieron su marcha en un sitio no precisado y de la cubierta delantera del líder, a las 0:15 horas de ese martes 18, despegó el ZA-290, piloteado por el teniente Richard Hutchings (un "boina verde" instruido en Lympstone, Devon) del Royal Marines, quien era secundado por el teniente Alan Reginald Courtenay Bennet de la Armada Real y el suboficial (Leading Crewman) Peter Blair Imrie, de la Armada.Volando a muy poca altura sobre el mar para no ser detectado por los radares, el helicóptero al parecer entró a la isla de Tierra del Fuego por la bahía San Sebastián y sobre un sitio en donde la lengua de tierra que separa la costa del territorio chileno es de apenas unos 4 kilómetros.Sin embargo, los radares de dos destructores argentinos y un radar de la Fuerza Aérea detectaron las evoluciones de un helicóptero, cerca de la frontera con Chile, aunque no hay coincidencias sobre la hora y fecha de esa detección. Uno de los operadores del destructor "Bouchard" que estaba fondeado en la bahía Esperanza, comunicó sin usar el lenguaje cifrado esta novedad al destructor "Piedrabuena" que estaba fondeado más al norte.

 

Los registros del radar señalaron que el helicóptero volaba viniendo desde Chile a muy baja altura (con rumbo 090 y a unos 160 km/h) y que luego desapareció, co mo si hubiera descendido. Unos cinco minutos más tarde el eco volvió a aparecer evolucionando en torno a la estancia Sara Braun, a unos 45 kilómetros de Río Grande. En declaraciones posteriores, el Vicealmirante (R) Horacio Zaratiegui, que estaba a cargo del área Tierra del Fuego y sur de Santa Cruz durante el conflicto, señaló que esa detección se registró el mismo día miércoles 19, fecha en cuyo amanecer varios testigos chilenos dijeron que había caído la máquina.Los Jefes de la Base Aeronaval de Río Grande dispusieron inmediatamente el envío de varias patrullas en seis helicópteros, pero sus observaciones no descubrieron nada anormal en la zona. Preventivamente, se ordenó un refuerzo en sus guardias con una compañía de infantes de marina y el minado de varios puntos de los alrededores.El helicóptero se habría ocultado entre unas lomadas hacia las cuales llegaban dos probables rutas de evacuación desde Río Grande, una que seguía el curso del río Silva y cruzaba la estancia Sara Braun y otra que llegaba hasta la estancia El Salvador. Estos rumbos serían fáciles de seguir y proveerían de sitios para ocultarse y de agua fresca a los incursores ingleses en caso que no pudieran escapar con sus Hercules. Liberados de la amenaza de los cazabombarderos y aprovechando la confusión que seguramente afectaría a las bases argentinas al término del operativo, los buques de la flota británica podrían aproximarse para ayudar a la evacuación de los "comandos". Esta misión tenía como antecedente la que habían realizado años atrás comandos israelíes en el aeropuerto Entebbe de Uganda, donde descendieron varios vehículos (hasta un automóvil Mercedes Benz similar al del dictador Iddi Amin) y lograron exitosamente liberar a grupos de rehenes. Este operativo tuvo gran repercusión en todo el mundo y hasta motivó la realización de una película de acción.

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