Vietnam (II)
La primera formulación coherente de la estrategia que Estados Unidos aplicaría en Vietnam se debe al actual Secretario de Estado, Henry A. Kissinger -entonces director de la revista Confluence-, quien en su libro "Armas Nucleares y Política Exterior", publicado en 1957, sostenía la necesidad de adecuar el dispositivo militar norteamericano para las guerras limitadas (lo que luego se conocería como Respuesta Flexible), tanto en el espacio como en los armamentos. Serían guerras localizadas, sin uso de armas nucleares. A diferencia de la guerra nuclear y mundial que el Pentágono preveía contra la URSS (la conocida como Doctrina de las represalias masivas), las guerras limitadas se desenvolverían en teatros alejados de Europa, particularmente en Asia, y para ellas no serviría la estrategia atómica. La hipótesis de conflicto que presidía estas especulaciones era la lucha contra el comunismo dondequiera que éste amenazase o impidiese la extensión de la influencia norteamericana, habida cuenta de que el enemigo, si bien es internacional en cuanto a su contenido, es nacional en cuanto a la forma en que toma el poder.
Esta idea fue completada poco después por el general Maxwell Taylor, Jefe del Estado Mayor Conjunto, quien señalaba que la única guerra total era contra la URSS y atómica, y que las demás guerras eran "limitadas", categoría en la cual se integraban las guerras "localizadas" y subversivas o "especiales" para las cuales se crearon las "fuerzas especiales" y las tácticas contraguerrilleras y de contrainsurgencia. A su vez, toda esta estrategia "nueva" propugnada por el entonces presidente Kennedy y su Secretario de Defensa, Robert Mc Namara, incluía además la "guerra nuclear limitada" con pequeñas cabezas nucleares, de tipo táctico.
Todos estos conceptos derivaban de la "respuesta flexible" que había que dar al comunismo con los medios adecuados a la magnitud de cada ataque, y la consiguiente "escalada" (teorías y neologismo de Herman Kahn). La "estrategia global" así resultante era servida por los Whiz Kids (niños prodigios) de Robert Mc Namara, quienes aportaron las computadoras electrónicas, la investigación operativa, el análisis estadístico, los cálculos científicos, los estudios de costes y rendimientos y otras técnicas modernas.
La guerra de Vietnam contribuyó a la revisión de estos conceptos, cuando las grandes ofensivas del Frente Nacional de Liberación en 1968 barrieron simultáneamente con las posiciones enemigas en el campo de batalla, con el comandante Westmoreland en el mando militar, con el presidente Johnson en el Gobierno de Estados Unidos y con estas teorías militares, que no resistieron una crítica tan radical como la que sufrió entonces.
Poco antes uno de sus autores, el general Maxwell Taylor, se había retractado cuando atribuyó los fracasos de 1965-1966 a que en Vietnam su país "perseguía un objetivo limitado, con medios limitados, riesgo limitado y voluntad de vencer limitada". En cuanto a Henry A. Kissinger, le fue asignada la misión de negociar la retirada de Estados Unidos, lo cual logró en los acuerdos de París de 1973
Según los datos del Pentágono, Estados Unidos lanzó a la guerra 800.000 ciudadanos (es decir: varones reclutados forzosamente para servir en las fuerzas armadas que fueron destinados a Vietnam), murieron 56.237 y quedaron heridos o mutilados 303.654, con un coste de 150.000 millones de dólares. Si además consideramos los graves problemas políticos que afrontaron dentro y fuera de Estados Unidos, se concluye que Washington había comprometido todo su prestigio y poderío en esta aventura.
A Vietnam la guerra le costó millones de muertos y heridos; decenas de millones de hectáreas productivas arrasadas; decenas de miles de aldeas, ciudades, puentes, diques, embalses, ferrocarriles, caminos, fábricas, puertos, hospitales y escuelas que fueron bombardeados. Millones de horas de trabajo de obreros y campesinos dedicadas al esfuerzo de guerra. Pero para Vietnam del Norte no se trataba de una aventura militar, sino su revolución.
Esta idea fue completada poco después por el general Maxwell Taylor, Jefe del Estado Mayor Conjunto, quien señalaba que la única guerra total era contra la URSS y atómica, y que las demás guerras eran "limitadas", categoría en la cual se integraban las guerras "localizadas" y subversivas o "especiales" para las cuales se crearon las "fuerzas especiales" y las tácticas contraguerrilleras y de contrainsurgencia. A su vez, toda esta estrategia "nueva" propugnada por el entonces presidente Kennedy y su Secretario de Defensa, Robert Mc Namara, incluía además la "guerra nuclear limitada" con pequeñas cabezas nucleares, de tipo táctico.
Todos estos conceptos derivaban de la "respuesta flexible" que había que dar al comunismo con los medios adecuados a la magnitud de cada ataque, y la consiguiente "escalada" (teorías y neologismo de Herman Kahn). La "estrategia global" así resultante era servida por los Whiz Kids (niños prodigios) de Robert Mc Namara, quienes aportaron las computadoras electrónicas, la investigación operativa, el análisis estadístico, los cálculos científicos, los estudios de costes y rendimientos y otras técnicas modernas.
La guerra de Vietnam contribuyó a la revisión de estos conceptos, cuando las grandes ofensivas del Frente Nacional de Liberación en 1968 barrieron simultáneamente con las posiciones enemigas en el campo de batalla, con el comandante Westmoreland en el mando militar, con el presidente Johnson en el Gobierno de Estados Unidos y con estas teorías militares, que no resistieron una crítica tan radical como la que sufrió entonces.
Poco antes uno de sus autores, el general Maxwell Taylor, se había retractado cuando atribuyó los fracasos de 1965-1966 a que en Vietnam su país "perseguía un objetivo limitado, con medios limitados, riesgo limitado y voluntad de vencer limitada". En cuanto a Henry A. Kissinger, le fue asignada la misión de negociar la retirada de Estados Unidos, lo cual logró en los acuerdos de París de 1973
Según los datos del Pentágono, Estados Unidos lanzó a la guerra 800.000 ciudadanos (es decir: varones reclutados forzosamente para servir en las fuerzas armadas que fueron destinados a Vietnam), murieron 56.237 y quedaron heridos o mutilados 303.654, con un coste de 150.000 millones de dólares. Si además consideramos los graves problemas políticos que afrontaron dentro y fuera de Estados Unidos, se concluye que Washington había comprometido todo su prestigio y poderío en esta aventura.
A Vietnam la guerra le costó millones de muertos y heridos; decenas de millones de hectáreas productivas arrasadas; decenas de miles de aldeas, ciudades, puentes, diques, embalses, ferrocarriles, caminos, fábricas, puertos, hospitales y escuelas que fueron bombardeados. Millones de horas de trabajo de obreros y campesinos dedicadas al esfuerzo de guerra. Pero para Vietnam del Norte no se trataba de una aventura militar, sino su revolución.
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