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Análisis e Interpretación

“Los Mujadeén”

“Los Mujadeén” Bueno, he empezado con documentales, y voy a seguir con el que he visto esta mañana mientras desayunaba. He encontrado a lo largo de mi vida muy poca información sobre la invasión soviética de Afganistán, la mayoría era propaganda, pero este documental de la serie “Guerras en tiempo de paz” se lleva la palma.

Sólo he visto una desfachatez mayor este mismo mediodía, cuando en Telecinco daban una información sobre la Valla de Melilla, y decían que nuestros soldados patrullaban con sus “Fusiles tipo CETME” al hombro… llevaban claramente un H&K G63, peor pase, supongo que un periodista profesional no tiene por qué documentarse. Luego vamos de visita a un Cuartel y los militares nos dan la brasa con la frasecita “Caen los obuses” (a un hijo y nieto de artilleros como yo le queda muy claro que el obús es el cañoncito de los cojones que dispara, y no el proyectil de trayectoria parabólica que es disparado). Pero he de volver al documental sobre Afganistán.

Por lo menos llamaba a los guerrilleros afganos xenófobos y fundamentalistas (¿Y eso? A Rambo no le pusieron problemas, pero supongo que esos ni siquiera eran afganos de verdad, pese al deporte nacional con la cabra y el caballo), y como si se tratase de un parte de nuestra Guerra Civil, denominaba a las tropas del gobierno prosoviético como “afganos”, y a los que luchaban contra ellos como Mujadeén, no Muyahaidines o muyaidín, sino, tal como suena, mujadeén. Como si el guión lo hubiese traducido un personaje interpretado por Paco Martínez Soria. Soy sincero: Si vuelvo a oír a alguien decir Mujadeén, le lanzaré un zapato a la cabeza, como casi se lo lanzo esta mañana a mi tele.

Otra lindeza del documental (y ésta me llegó al alma), fue cuando habló de las armas, de copias de antiguas armas occidentales confeccionadas en talleres pakistaníes, armamento requisado a los soviéticos, y del popular Kalashnikov (y aquí viene lo gracioso) DENOMINADO ASÍ EN HONOR A LOS GUERRILLEROS AFGANOS QUE JURARON LUCHAR CONTRA EL INVASOR O MORIR EN EL INTENTO (Quieto Don Miljhail, que no tiene usted edad para partirle la cara a un documentalista). Que inventes el arma que décadas después será la más fabricada y utilizada del mundo, e incluso aparece en el escudo oficial de un estado, para que luego te paguen con medallas y no veas un puto rublo es malo, que cincuenta años después vivas olvidado y jubilado en Moscú, esperando que el Vodka que lleva tu nombre te haga llegar a fin de mes es jodido; que el inventito te lo plagien empresarios gringos y que encima se forren a tu costa es de úlcera sangrante, pero… que no reconozcan que un objeto cuya figura merece ser esculpida en la lápida de Dios lleva tu jodido apellido sólo puede provocar que se implore a lo más sagrado que alguien sea AJUSTICIADO por ello.

No dejó mal la cinta a Mashud (todo un genio militar, no es de extrañar que Al Qaeda lo asesinase antes del 11 de Septiembre) ni a Sergei Sokolov (responsable de dirigir la invasión) o a Boris Gromov (salvó la guarnición de Khost y dirigió la retirada), aunque cuando la presentación de estos personajes que hacía el documental me recordaba a esas presentaciones en Powerpoint que nos hacían los militares en las interminables clases teóricas en las asignaturas de la Cátedra Almirante D. Juan de Borbón.

Poco más que decir sobre este documental, salvo lo que diría el crítico de televisión y cine de EL PAÍS: Tremendo.

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