Cómo nos venden la Guerra (La III Guerra del Golfo Pérsico) IV
Escalada y Crisis (Churras y Merinas)
La escalada hacia la crisis y la propia crisis de este conflicto engloban un periodo que va aproximadamente desde Enero de 2003 al comienzo de la operación el día 20 de Abril de 2003, en el que tuvo lugar un intento de asesinato selectivo contra Sadam Husein con el lanzamiento de bombas guiadas sobre sus posibles ubicaciones en la capital iraquí. La invasión comenzó, simultáneamente por tierra y aire al día siguiente.
En su número de Febrero de 2003 (el nº5), la Revista War Heat hace un análisis del despliegue aliado en Iraq, en el que describe con detalle la organización, material y posible actuación de cada una de las unidades combatientes estadounidenses, británicas y australianas, mencionando también a los países vecinos de Iraq, y mencionando la posible aportación de nuevos países de la OTAN como Bulgaria y Rumanía, a la que la publicación ha prestado especial atención a lo largo de sus cuatro anteriores números.
Fue hacia mediados de Febrero cuando la actividad diplomática y propagandística comenzó a dispararse, tras un fin de semana de movilizaciones en todo el mundo que ha llevado a algunos expertos como el Dr. Najib Abu Warda (Es profesor de RRII en el Magreb y Oriente Próximo en la facultad de Ciencias de la Información (UCM), y creo que muchos de sus alumnos le reconocemos un gran talento para la propaganda), a hablar de una segunda hiperpotencia capaz e enfrentarse a los EEUU: La Opinión Pública Mundial, si bien ésta me parece una postura algo ingenua.
Hans Blix presenta un informe ante la ONU en el que dice no haber encontrado nada, y pide más tiempo para completar la investigación. También empiezan los primeros lanzamientos de octavillas llamando a los iraquíes a no defender a su tirano y a no atacar a las fuerzas de la coalición. En este clima, el Consejo de Seguridad estudia la posibilidad de sacar una segunda resolución que complete a la 1441, que no fija calendarios para las inspecciones ni autoriza el uso de la fuerza. La crisis afecta a la cohesión de la UE y la OTAN ante la división de sus miembros, mientras que los medios publican que EEUU ya ha infiltrado fuerzas especiales en Iraq. En Iraq, la embajada española prepara su evacuación, mientras los escudos humanos llegan a Iraq, y en los EEUU empiezan las campañas de boicot contra todo lo antibelicista (vino francés, productos alemanes, incluso los discos de cantantes y grupos americanos que se manifiestan contra la política exterior de George Washintong Bush), por otro lado en sus tiendas se agotan el agua mineral y la cinta aislante, prueba de una campaña de miedo en la población.
En España gran número de intelectuales, principalmente actores, e incluso el filósofo Fernando Savater, la eterna bala en la recámara del Partido Popular, forman la plataforma Cultura contra la guerra, que encabeza manifestaciones, escándalos en la tribuna de oyentes del Congreso y apariciones en los medios de comunicación. El apoyo español a la guerra llega a discutirse en el Congreso, recordemos que es a segunda vez que este gobierno pone al país en estado de guerra (la primera fue por la invocación del artículo V de la OTAN por los EEUU en 2001) sin consultar al Parlamento, aunque las sesiones no pasan de lo anecdótico: Los espectadores en la sala son desalijados por sus protestas, y el gobierno hace oídos sordos a las quejas de la oposición, aludiendo que la resolución 1441 permite actuar contra Iraq si desobedece. El gobierno de José Mª Aznar, apoya sin reserva a sus aliados estadounidenses, probablemente desde que estuvo al corriente de la operación en Mayo de 2002 (visita de Aznar a Bush jr.), y alude a la colaboración antiterrorista con los americanos, a las pruebas secretas que les han convencido de que Sadam es una amenaza y a una decodificación aberrante de las resoluciones del Consejo de Seguridad (Aquí, la disciplina de partido ha ido contra el prestigio de quienes ocupan cargos, caso de los ministros Piqué y Ana Palacio, y de los capacitados para hacerlo en el futuro, caso de Gustavo de Arístegui).
La llamada del terrorista huido Osama Ben Laden a ayudar a Iraq actúa como válvula de escape para la presión que están recibiendo los líderes alineados con los EEUU. En ella, el líder de Al Qaeda define desde los micrófonos de al Yazira la crisis como una cruzada que busca saquear la riqueza de un país árabe.
La crisis de la OTAN se agrava ante el bloqueo de la ayuda a Turquía en prevención contra una posible represalia iraquí, mientras los reportajes sobre la fe desmedida de George Bush jr. (un cristiano renacido) y los despliegues de tropas en puntos neurálgicos del Reino Unido ante un posible atentado, como las imágenes de los carros en el aeropuerto de Heathrow, vuelven a conmocionar una vez más a la opinión pública.
La movilización contra la guerra avanza, y son ya varios programas de radio y televisión en España los que hacen abiertamente campaña contra la guerra, caso de las Crónicas Marcianas (Tele5) o ¡Anda ya! (Los 40 principales).
Por otro lado, Alan Greespan, presidente de la Reserva Federal, aporta un dato fundamental para la propaganda americana: La incertidumbre de la guerra, y no la guerra en sí, es lo que frena la economía, tanto en EEUU como en el resto del mundo.
En España se amplían las reservas de vacunas para casos de guerra biológica, y cabe destacar la presentación de pruebas falsas por Colin Powell ante el Consejo de Seguridad de la ONU, algo que más tarde reconocerían.
Eso sí, ni una palabra sobre Corea del Norte, en una crisis paralela, la administración estadounidense no entra al trapo de una potencia capaz de devolver el golpe con armas nucleares a los EEUU en su territorio o en de sus aliados.
En España, la detención de un grupo de presuntos terroristas islámicos sirve al gobierno para apoyar sus tesis respecto a la guerra, aunque más tarde se sabría que la Policía Nacional no vio un vínculo cercano entre los detenidos y Al Qaeda, y que el CNI desaprobaba la detención por ser prematura.
Febrero fue en España un mes agitado, en el que las manifestaciones del mundo de la cultura, desde la Pasarela Gaudí a la gala de los Premios Goya, pasando por una censurada gala de Operación Triunfo (una especie de baluarte para la conexión del PP con los jóvenes españoles), en la que TVE censuró l las manifestaciones de los concursantes. El principal argumento del PP frente a la oposición fue el respaldo que dieron en 1991 al gobierno de Felipe González en su apoyo logístico y diplomático a la Coalición, aunque obviaba datos fundamentales como el apoyo de Naciones Unidas a la operación. En Sol, la plataforma ciudadana contra la guerra reúne a entre 1.5 y 2 millones de personas al grito de No a la Guerra, sin que haya incidentes de importancia. La mejor arma del gobierno del PP fue que el Ayuntamiento de _Madrid (PP) no hiciese nada: EL metro se colapsó y salir de la Puerta del Sol (a pie) fue imposible durante cerca de una hora debido a la aglomeración.
En televisión destaca la emisión de La Roca, una película en la que un grupo de Marines toma la prisión de Alcatraz y amenaza con lanzar contra San Francisco cohetes con gas VX.
En el plano de la comunicación, Dan Rather, de la CBS, consigue una entrevista en exclusiva con Sadam Husein, pero retrasa su emisión debido, según la cadena, a que la televisión iraquí retuvo las cintas por problemas de traducción. Además empieza a vislumbrarse el futuro del Iraq post Sadam: Alfonso Rojo publica en El Mundo un reportaje sobre los planes aliados de colocar en Iraq a un funcionario a cargo de la administración del país ocupado, una especie de procónsul a la romana, la figura militar estadounidense con más poder político en ultramar desde McArthur.
En los EEUU, mientras el NY Times apoya la política de Bush y declara que debería disfrutar del apoyo de la ONU, aunque se decanta por continuar la vía diplomática. El Washintong Post critica abiertamente a Chirac y Schroeder por dificultar la acción estadounidense, así como de manipular los sentimientos de la población. El Wall Street Journal señala que el apoyo español señala que existen gobiernos europeos favorables a la doctrina americana de la guerra preventiva.
En Francia, Le Monde, Libération y Le Figaro se muestran contrarios a las tesis del eje Bush-Blair-Aznar, aunque cargan principalmente contra el dirigente español.
En el Reino Unido The Times se limita a señalar la división entre las grandes potencias mundiales, y The Guardian advierte sobre las incógnitas de una campaña que podría volverse contra el Primer Ministro.
En Italia, La Stampa se declara contraria a la guerra, mientras que el Corriere de la Sera señala el sangriento historial del dictador iraquí.
Se producen algunos ataques contra baterías antiaéreas iraquíes, algo corriente desde el fin de la guerra del 91, y España se declara dispuesta a participar con tropas en la guerra.
En el frente de la solidaridad occidental con Iraq, el movimiento de apoyo se divide: Por un lado están los Escudos Humanos, que se presentan voluntarios para permanecer mientras dure la guerra en blancos civiles, como hospitales, depuradoras o escuelas, y los voluntarios que van al país árabe a colaborar en labores de asistencia humanitaria a la población.
Cuando Aznar trata de compensar el apoyo a la agresión contra Iraq planteando un nuevo plan de paz para Palestina, algo similar a la Conferencia de Madrid de 1991, aparece la minicrisis de los misiles: No sólo se quiere obligar a Iraq a registrar y destruir sus armas de destrucción masiva, sino que se le acusa de violar las restricciones de la ONU que le prohibían construir misiles con un alcance superior a 150 km, mientras que sus nuevos Al Samud alcanzaban 183km (Este nuevo tipo de misiles era una nueva reconversión de la industria militar iraquí, que ya había probado su ineptitud con los célebres Al Abbas y Al Hussein, modificaciones de los obsoletos SS1 Scud, que dieron un escaso resultado en la guerra del 91). Estos misiles, variante para atacar blancos en tierra de los SAM SA-2 habían de ser destruidos, pero además los EEUU exigían que los iraquíes destruyesen sus existencias de SA-2, lo que dejaría a Iraq más indefenso aún ante incursiones aéreas desde gran altura, algo que le imposibilitaría preservar su soberanía nacional, dado el embargo de armas al que estaba sometido desde la invasión de Kuwait. Frente a ello, Bagdag acepta destruir los Al Samud, y Blix asegura en su informe que el desarme iraquí había sido muy limitado hasta el momento.
Finalmente el Parlamento turco se niega a que EEUU utilice su territorio para invadir Iraq por el norte, aunque les permite atravesar su espacio aéreo.
Ante la crisis mundial el tema coreano trata de hacerse un lugar en la actualidad, aunque los líderes del eje del bien se hacen, por decirlo pronto, los suecos.
La batalla diplomática se extiende por las portadas de los periódicos e informativos, y uno de nuestros protagonistas, un miembro del brazo débil del Eje del Bien, Bulgaria, permite el estacionamiento de tropas estadounidenses en su territorios para complementar su apoyo sin reservas a las mociones de Powell en el Consejo de Seguridad. Bagdag empieza a destruir los Al Samud, y reconoce haber tenido armas químicas y biológicas, mientras Arabia Saudí rechaza la oferta norteamericana de acoger al líder si decidiera exiliarse. Por otro lado el Movimiento Antiglobalización, como si de un adivino se tratase, propone hacer una huelga general mundial el 21 de Marzo (esto se publica el día 3 de dicho mes).
La situación de los escudos humanos eh Bagdag se complica cuando el gobierno iraquí trata de resituarles en objetivos estratégicos, y optan por marcharse de Iraq, abanodnando 45 de los 50 objetivos que protegían a su suerte bajo las bombas aliadas, dando al traste con la intención solidaria de esos voluntarios. Además, la denuncia contra el gobierno de Husein por realizar una limpieza étnica contra el pueblo kurdo forzando desplanzamientos masivos de población entre 1995 y 2002. Además, el mercado estadounidense se llena de inventos para afrontar ataques terroristas.
Las movilizaciones de todo el mundo se extienden también a los EEUU, en particular al mundo estudiantil, donde algunos alumnos resultan expulsados de sus centros de enseñanza por sus manifestaciones o por portar camisetas que acusan a Bush jr. de terrorismo.
La escalada hacia la crisis y la propia crisis de este conflicto engloban un periodo que va aproximadamente desde Enero de 2003 al comienzo de la operación el día 20 de Abril de 2003, en el que tuvo lugar un intento de asesinato selectivo contra Sadam Husein con el lanzamiento de bombas guiadas sobre sus posibles ubicaciones en la capital iraquí. La invasión comenzó, simultáneamente por tierra y aire al día siguiente.
En su número de Febrero de 2003 (el nº5), la Revista War Heat hace un análisis del despliegue aliado en Iraq, en el que describe con detalle la organización, material y posible actuación de cada una de las unidades combatientes estadounidenses, británicas y australianas, mencionando también a los países vecinos de Iraq, y mencionando la posible aportación de nuevos países de la OTAN como Bulgaria y Rumanía, a la que la publicación ha prestado especial atención a lo largo de sus cuatro anteriores números.
Fue hacia mediados de Febrero cuando la actividad diplomática y propagandística comenzó a dispararse, tras un fin de semana de movilizaciones en todo el mundo que ha llevado a algunos expertos como el Dr. Najib Abu Warda (Es profesor de RRII en el Magreb y Oriente Próximo en la facultad de Ciencias de la Información (UCM), y creo que muchos de sus alumnos le reconocemos un gran talento para la propaganda), a hablar de una segunda hiperpotencia capaz e enfrentarse a los EEUU: La Opinión Pública Mundial, si bien ésta me parece una postura algo ingenua.
Hans Blix presenta un informe ante la ONU en el que dice no haber encontrado nada, y pide más tiempo para completar la investigación. También empiezan los primeros lanzamientos de octavillas llamando a los iraquíes a no defender a su tirano y a no atacar a las fuerzas de la coalición. En este clima, el Consejo de Seguridad estudia la posibilidad de sacar una segunda resolución que complete a la 1441, que no fija calendarios para las inspecciones ni autoriza el uso de la fuerza. La crisis afecta a la cohesión de la UE y la OTAN ante la división de sus miembros, mientras que los medios publican que EEUU ya ha infiltrado fuerzas especiales en Iraq. En Iraq, la embajada española prepara su evacuación, mientras los escudos humanos llegan a Iraq, y en los EEUU empiezan las campañas de boicot contra todo lo antibelicista (vino francés, productos alemanes, incluso los discos de cantantes y grupos americanos que se manifiestan contra la política exterior de George Washintong Bush), por otro lado en sus tiendas se agotan el agua mineral y la cinta aislante, prueba de una campaña de miedo en la población.
En España gran número de intelectuales, principalmente actores, e incluso el filósofo Fernando Savater, la eterna bala en la recámara del Partido Popular, forman la plataforma Cultura contra la guerra, que encabeza manifestaciones, escándalos en la tribuna de oyentes del Congreso y apariciones en los medios de comunicación. El apoyo español a la guerra llega a discutirse en el Congreso, recordemos que es a segunda vez que este gobierno pone al país en estado de guerra (la primera fue por la invocación del artículo V de la OTAN por los EEUU en 2001) sin consultar al Parlamento, aunque las sesiones no pasan de lo anecdótico: Los espectadores en la sala son desalijados por sus protestas, y el gobierno hace oídos sordos a las quejas de la oposición, aludiendo que la resolución 1441 permite actuar contra Iraq si desobedece. El gobierno de José Mª Aznar, apoya sin reserva a sus aliados estadounidenses, probablemente desde que estuvo al corriente de la operación en Mayo de 2002 (visita de Aznar a Bush jr.), y alude a la colaboración antiterrorista con los americanos, a las pruebas secretas que les han convencido de que Sadam es una amenaza y a una decodificación aberrante de las resoluciones del Consejo de Seguridad (Aquí, la disciplina de partido ha ido contra el prestigio de quienes ocupan cargos, caso de los ministros Piqué y Ana Palacio, y de los capacitados para hacerlo en el futuro, caso de Gustavo de Arístegui).
La llamada del terrorista huido Osama Ben Laden a ayudar a Iraq actúa como válvula de escape para la presión que están recibiendo los líderes alineados con los EEUU. En ella, el líder de Al Qaeda define desde los micrófonos de al Yazira la crisis como una cruzada que busca saquear la riqueza de un país árabe.
La crisis de la OTAN se agrava ante el bloqueo de la ayuda a Turquía en prevención contra una posible represalia iraquí, mientras los reportajes sobre la fe desmedida de George Bush jr. (un cristiano renacido) y los despliegues de tropas en puntos neurálgicos del Reino Unido ante un posible atentado, como las imágenes de los carros en el aeropuerto de Heathrow, vuelven a conmocionar una vez más a la opinión pública.
La movilización contra la guerra avanza, y son ya varios programas de radio y televisión en España los que hacen abiertamente campaña contra la guerra, caso de las Crónicas Marcianas (Tele5) o ¡Anda ya! (Los 40 principales).
Por otro lado, Alan Greespan, presidente de la Reserva Federal, aporta un dato fundamental para la propaganda americana: La incertidumbre de la guerra, y no la guerra en sí, es lo que frena la economía, tanto en EEUU como en el resto del mundo.
En España se amplían las reservas de vacunas para casos de guerra biológica, y cabe destacar la presentación de pruebas falsas por Colin Powell ante el Consejo de Seguridad de la ONU, algo que más tarde reconocerían.
Eso sí, ni una palabra sobre Corea del Norte, en una crisis paralela, la administración estadounidense no entra al trapo de una potencia capaz de devolver el golpe con armas nucleares a los EEUU en su territorio o en de sus aliados.
En España, la detención de un grupo de presuntos terroristas islámicos sirve al gobierno para apoyar sus tesis respecto a la guerra, aunque más tarde se sabría que la Policía Nacional no vio un vínculo cercano entre los detenidos y Al Qaeda, y que el CNI desaprobaba la detención por ser prematura.
Febrero fue en España un mes agitado, en el que las manifestaciones del mundo de la cultura, desde la Pasarela Gaudí a la gala de los Premios Goya, pasando por una censurada gala de Operación Triunfo (una especie de baluarte para la conexión del PP con los jóvenes españoles), en la que TVE censuró l las manifestaciones de los concursantes. El principal argumento del PP frente a la oposición fue el respaldo que dieron en 1991 al gobierno de Felipe González en su apoyo logístico y diplomático a la Coalición, aunque obviaba datos fundamentales como el apoyo de Naciones Unidas a la operación. En Sol, la plataforma ciudadana contra la guerra reúne a entre 1.5 y 2 millones de personas al grito de No a la Guerra, sin que haya incidentes de importancia. La mejor arma del gobierno del PP fue que el Ayuntamiento de _Madrid (PP) no hiciese nada: EL metro se colapsó y salir de la Puerta del Sol (a pie) fue imposible durante cerca de una hora debido a la aglomeración.
En televisión destaca la emisión de La Roca, una película en la que un grupo de Marines toma la prisión de Alcatraz y amenaza con lanzar contra San Francisco cohetes con gas VX.
En el plano de la comunicación, Dan Rather, de la CBS, consigue una entrevista en exclusiva con Sadam Husein, pero retrasa su emisión debido, según la cadena, a que la televisión iraquí retuvo las cintas por problemas de traducción. Además empieza a vislumbrarse el futuro del Iraq post Sadam: Alfonso Rojo publica en El Mundo un reportaje sobre los planes aliados de colocar en Iraq a un funcionario a cargo de la administración del país ocupado, una especie de procónsul a la romana, la figura militar estadounidense con más poder político en ultramar desde McArthur.
En los EEUU, mientras el NY Times apoya la política de Bush y declara que debería disfrutar del apoyo de la ONU, aunque se decanta por continuar la vía diplomática. El Washintong Post critica abiertamente a Chirac y Schroeder por dificultar la acción estadounidense, así como de manipular los sentimientos de la población. El Wall Street Journal señala que el apoyo español señala que existen gobiernos europeos favorables a la doctrina americana de la guerra preventiva.
En Francia, Le Monde, Libération y Le Figaro se muestran contrarios a las tesis del eje Bush-Blair-Aznar, aunque cargan principalmente contra el dirigente español.
En el Reino Unido The Times se limita a señalar la división entre las grandes potencias mundiales, y The Guardian advierte sobre las incógnitas de una campaña que podría volverse contra el Primer Ministro.
En Italia, La Stampa se declara contraria a la guerra, mientras que el Corriere de la Sera señala el sangriento historial del dictador iraquí.
Se producen algunos ataques contra baterías antiaéreas iraquíes, algo corriente desde el fin de la guerra del 91, y España se declara dispuesta a participar con tropas en la guerra.
En el frente de la solidaridad occidental con Iraq, el movimiento de apoyo se divide: Por un lado están los Escudos Humanos, que se presentan voluntarios para permanecer mientras dure la guerra en blancos civiles, como hospitales, depuradoras o escuelas, y los voluntarios que van al país árabe a colaborar en labores de asistencia humanitaria a la población.
Cuando Aznar trata de compensar el apoyo a la agresión contra Iraq planteando un nuevo plan de paz para Palestina, algo similar a la Conferencia de Madrid de 1991, aparece la minicrisis de los misiles: No sólo se quiere obligar a Iraq a registrar y destruir sus armas de destrucción masiva, sino que se le acusa de violar las restricciones de la ONU que le prohibían construir misiles con un alcance superior a 150 km, mientras que sus nuevos Al Samud alcanzaban 183km (Este nuevo tipo de misiles era una nueva reconversión de la industria militar iraquí, que ya había probado su ineptitud con los célebres Al Abbas y Al Hussein, modificaciones de los obsoletos SS1 Scud, que dieron un escaso resultado en la guerra del 91). Estos misiles, variante para atacar blancos en tierra de los SAM SA-2 habían de ser destruidos, pero además los EEUU exigían que los iraquíes destruyesen sus existencias de SA-2, lo que dejaría a Iraq más indefenso aún ante incursiones aéreas desde gran altura, algo que le imposibilitaría preservar su soberanía nacional, dado el embargo de armas al que estaba sometido desde la invasión de Kuwait. Frente a ello, Bagdag acepta destruir los Al Samud, y Blix asegura en su informe que el desarme iraquí había sido muy limitado hasta el momento.
Finalmente el Parlamento turco se niega a que EEUU utilice su territorio para invadir Iraq por el norte, aunque les permite atravesar su espacio aéreo.
Ante la crisis mundial el tema coreano trata de hacerse un lugar en la actualidad, aunque los líderes del eje del bien se hacen, por decirlo pronto, los suecos.
La batalla diplomática se extiende por las portadas de los periódicos e informativos, y uno de nuestros protagonistas, un miembro del brazo débil del Eje del Bien, Bulgaria, permite el estacionamiento de tropas estadounidenses en su territorios para complementar su apoyo sin reservas a las mociones de Powell en el Consejo de Seguridad. Bagdag empieza a destruir los Al Samud, y reconoce haber tenido armas químicas y biológicas, mientras Arabia Saudí rechaza la oferta norteamericana de acoger al líder si decidiera exiliarse. Por otro lado el Movimiento Antiglobalización, como si de un adivino se tratase, propone hacer una huelga general mundial el 21 de Marzo (esto se publica el día 3 de dicho mes).
La situación de los escudos humanos eh Bagdag se complica cuando el gobierno iraquí trata de resituarles en objetivos estratégicos, y optan por marcharse de Iraq, abanodnando 45 de los 50 objetivos que protegían a su suerte bajo las bombas aliadas, dando al traste con la intención solidaria de esos voluntarios. Además, la denuncia contra el gobierno de Husein por realizar una limpieza étnica contra el pueblo kurdo forzando desplanzamientos masivos de población entre 1995 y 2002. Además, el mercado estadounidense se llena de inventos para afrontar ataques terroristas.
Las movilizaciones de todo el mundo se extienden también a los EEUU, en particular al mundo estudiantil, donde algunos alumnos resultan expulsados de sus centros de enseñanza por sus manifestaciones o por portar camisetas que acusan a Bush jr. de terrorismo.
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